DESDE ESPAÑA CON AMOR | Futuros al viento DESDE ESPAÑA CON AMOR 

DESDE ESPAÑA CON AMOR | Futuros al viento

Autor | José Luis Peña Follow @QuincyChile

A mis muy estimadas almas colocolinas en la distancia y cuantas personas se sumergen en la lectura de mis columnas sin saber muy bien con que se van a encontrar: es hora de hacer un balance de lo acontecido recientemente en el seno de nuestro querido y amado club. Es el momento idóneo de intentar aclarar los enormes desajustes, con ajustes de cuentas incluidos, que reinan y campan a sus anchas, justo cuando una nueva temporada da comienzo.

Quiero haceros partícipes de una confidencia, de tú a tú, sin autocensuras ni medias verdades. Sin ambigüedades. No suelo redactar mis columnas, digamos, en tiempo real. Me tomo muy en serio la comunicación con ustedes. Aplico mi verdad asumiendo que no tiene porque ser la suya. Tampoco es mi deseo que cuanto expreso en mis trabajos tenga que ser dogma. Procuro ser reflexivo y dejar los impulsos enfriar para así ser lo más justo y ecuánime posible.

Otra cosa es el método que aplico a mis columnas. Suelo ser directo en mis análisis y, por regla general no utilizando los descalificativos ni el insulto. El uso de la violencia (da igual que ésta sea de palabra, por escrito, usando la fuerza o psicológica) hace que nuestra razón pierda veracidad y fuerza.

Me debo a ustedes. Tienen todo mi respeto y consideración. Cuando leen uno de mis trabajos deben saber que no hay engaño ni mentiras. Que soy sincero con ustedes aun sabiendo que en ciertos temas podemos discrepar y pensar diferente. Es lo divertido y lo que da sentido a todo esto. Abrir cauces al diálogo y establecer una comunicación en la distancia entre seres que no nos conocemos físicamente, a sabiendas que no serán defraudados, es un logro que establecemos semanalmente ustedes y yo. Reitero una vez más la enorme gratitud con que son recibidas sus muestras de cariño y afecto. Gracias y mil veces gracias.

DE “COTO” A ANÍBAL MOSA PASANDO POR…

No deja de tener su gracia lo acontecido tras la publicación en dos de mis últimas columnas, en las que me mostraba hipercrítico con el hacer de una serie de personas, que cada una a su manera, manejaban o manejan los centros neurálgicos de nuestro club.

“COTO” SIERRA

En <Apuntes para un conformista> plasmé mi opinión sobre la actitud mostrada por nuestro ya  exentrenador  “Coto” Sierra de un tiempo a esta parte. Poco después se desvinculaba de Colo-Colo. Fue todo tan rápido que no me dio ni tiempo de despedirme como se merece. Ni tan siquiera le voy a dar las gracias por traernos la estrella 31. Razón: muy sencilla. Fue más demérito de nuestros rivales que méritos propios.

Y  para acabar de rematar mi mala opinión sobre “Coto” me encuentro con su huida hacia delante en forma de autodespido o como queramos llamarlo, a escasos días de terminar la pretemporada y enfrentar los nuevos retos. Retos, por otra parte, transcendentales para el devenir futuro de Colo-Colo. A nadie se le escapa la importancia que representa el Apertura 2016, ya no solo por reconquistar el trono perdido sino por el impacto negativo que supondría no acceder a una nueva edición de la Copa Libertadores. Futuros al viento y tormentas internas que le dejaron sin aire.

Esto lo sabía “Coto” desde el mismo instante que terminó el Clausura 2016, periodo marcado por el amargor que supuso la eliminación en la fase de grupos de la edición de la Copa Libertadores (por cierto, quien nos apuntilló disputará la gran final, honra al modesto Independiente del Valle) y por el terrible drama que supuso saber que la estrella 32 se nos escurrió de entre las manos por toda una serie de negligencias que tod@s recordamos.

Puedo oler, sentir y palpar el lado humano de las cosas. Puedo admitir que el punto de inflexión que empujó a “Coto” a la renuncia del cargo fuera el asunto Martín Tonso (a quien me hubiese gustado ver sobre la cancha), pero no sé por qué no me acaba de convencer. No suelo ser descreído ni dudar de la gente y, menos si existe una grandísima distancia en kilómetros, pero estimo que “Coto” se fabricó la escusa perfecta para algo que ya tenía en mente, no siendo otra cosa que dimitir.

Con la pretemporada muy avanzada y no dando señales de recuperación en el juego y, añadiendo toques surrealistas a su última comparecencia pública después de un partido amistoso, lo raro es que no dimitiera allí mismo, en la sala de prensa. Que no me venga con milongas el señor “Coto”, cuya figura pertenece al pasado más cercano de Colo-Colo. Supo utilizar la cuestión Martí Tonso para ejecutar su plan de escape. Puede que algún día José Luis Sierra escriba sus memorias o salga en algún programa deportivo y desmienta mis pensamientos, pero tendrá que ser muy convincente para hacerme cambiar de opinión.

Abandonó el barco justo cuando íbamos a zarpar. Se nos volvió inconformista en el momento exacto que la maquinaria comenzaba a rodar. Nos pilló a contrapié. Mirando a otros frentes abiertos. Huida con aviso previo. Con poco hecho y todo por empezar. Sin apenas tiempo y con todo el futuro pendido de un hilo. Se marchó dejando un equipo en reconstrucción del que él era partícipe. “Coto” vio venir la gran ola y decidió adentrarse en las montañas.

Aún teniendo yo dichos pensamientos, lo cortés no quita lo valiente y es mi más sincero deseo que todo le vaya bien. Es posible que Colo-Colo le viniese grande al final, no desechando la idea de que la convivencia con Aníbal Mosa en el fondo sea una tortura.

ANÍBAL MOSA

Y mientras esto sucedía, en Colo-Colo, la ruina se empezaba a instalar. Con el ínclito Aníbal Mosa fuera del país los problemas empezaron a multiplicarse como los panes y los peces en su día. Que conste en acta que aún en el supuesto de encontrarse en las oficinas del club, dichos problemas no variarían el rumbo, así de inepto e incompetente se muestra.  Futuros al viento comprometidos.

En mi última columna, titulada <Motivos no nos sobran>, arremetía con cierto grado de dureza contra la figura del propio Aníbal Mosa, ByN y cuantas sombras se mueven a su alrededor. Ya no solo por mi desprecio a las sociedades anónimas deportivas, sino por la metodología que asiduamente aplica en sus conductas y tomas de decisión o, simplemente en la ausencia de respuestas rápidas cuando los acontecimientos se suceden sin parar.

A la marcha del entrenador (cuya respuesta se volvió lenta y repleta de dudas para encontrar el sustituto idóneo),  se unió la falta de respeto, ética y mala praxis ejercitada en la contratación del jugador Michael Ríos. No es conveniente abrir heridas en los equipos rivales y, máxime si se tiene conciencia que más tarde o más temprano pudiera haber respuesta del atacado. Porque fue un ataque directo a las naves contrarias.

Puede que a los más recalcitrantes hinchas del Cacique el asunto les hiciera gracia y aplaudieran los métodos mafiosos de Aníbal Mosa, pero a mí personalmente me parecieron repugnantes. Si algo parecido nos lo hicieran a nosotros, nuestros gritos se oirían hasta en Pekín.

Luego uno se entera que a la silla presidencial en ByN de Aníbal Mosa le estaba entrando carcoma que estuvo en un tris de dejarle sin trono. Por unos instantes, que se alargaros días, pareciera que en el seno de la concesionaria se había establecido una especie de guerra civil encubierta por derribar el púlpito majestuoso de nuestro rey salvador

Y para colmo de males, empieza la temporada real con un entrenador en funciones que bastante tuvo con sostener la armada colocolina en pleno ataque de incompetencia general. Fue triste el arranque de la competición copera con ese empate a cero ante el correoso Ñublense, por tierras de Chillán. Fue curioso encontrarnos a un equipo albo cuya media estructura nos recordaba al más puro estilo “Coto” y la otra mitad que intentaba parecerse a algo distinto de lo presenciado hasta ese instante. No se naufragó del todo pero Colo-Colo navegó en este partido entre dos corrientes. Resultado final de todo este desequilibrio es la necesidad de ganar el próximo encuentro sí o sí, ante un rival que puede jugar las bazas de los nervios y la improvisación que gobiernan en nuestra casa.

… PABLO GUEDE

Para entonces, para cuando Ñublense nos rinda la visita obligada, ya dispondremos de nuevo DT. Se hace llamar Pablo Guede, argentino para más señas, que según las malas lenguas (dicho sin ánimo de ofensa) ya ejercía de un tiempo a esta parte de entrenador en la sombra.  Es mi idea desearle toda la suerte del mundo puesto que su suerte será la nuestra.

Pero hay algo que me inquieta en este entrenador. No suelo ser buen visionario. La historia que está por escribirse no es mi fuerte que se diga. Así que no cunda el pánico, por favor. La inquietud y esa especie de nudo en el estómago se me vinieron cuando revisé el historial como entrenador de Pablo Guede. Como jugador que ya fue historia (con paso más que correcto por el fútbol español) no hay ningún inconveniente, pero como director técnico, estimo que pudiéramos tener a corto o medio plazo algún tipo de problema.

Me explico. Dejando de lado sus inicios como preparador no deja de ser curioso cuanto menos el poco tiempo que duró en el equipo árabe y en San Lorenzo de Almagro (Argentina), a pesar de los logros conquistados en ambas instituciones. Entre 2014 y 2015 puso al Club Deportivo Palestino en el mapa futbolístico chileno y en 2016, o sea, ayer mismo, alcanzó a llevar al conjunto argentino a una final por el título, amén de conseguir un trofeo no menor.

La pregunta es clara, transparente y diáfana. ¿Qué diablos le ocurre a este hombre para no continuar con una labor impecable una vez alcanzado, sino el éxito, si el reconocimiento a su labor realizada? Tal vez sea esta la pregunta más larga que me he planteado en mi vida. Espero no encontrar la resolución final allá por el mes de diciembre.

Pero te deja un poso de duda el saber que a pesar de alcanzar ciertos hitos en el mundo del fútbol, es capaz de coger las maletas y marcharse por donde vino sin proseguir con su buena labor. Pablo Guede puede que sea un técnico de proyectos cortos. Tal vez sea el típico entrenador que siempre tiene en mente que es mucho mejor salir por la puerta grande y no por la de atrás. Puede que le asuste el triunfo en su globalidad y le entren mareos cuando tiene que superar metas ya alcanzadas. A saber. Pero este ir y venir esquivando posibles mejoras en su quehacer no me termina de convencer. Hay  algo que se me escapa y que no termino de entender muy bien.

Espero mis temores sean infundados y logremos junto al nuevo técnico los éxitos que todos y todas deseamos. Démosle la bienvenida a Pablo Guede, aún reconociendo que su súplica a ByN y la hinchada alba de que tengamos paciencia, pues él no estuvo en la pretemporada y no confeccionó el plantel, me suena a escusa anticipatoria por si las cosas no salieran bien. Se supone que estamos ante un profesional de esto. Si llega a venir al quinto partido del nuevo Apertura no me imagino lo que hubiera podido decir.

De momento Pablo Guede me viene con más dudas de las inicialmente previstas. No pongo en solfa su capacidad como DT. Ahí esta su pequeño historial. Pero cubrirse las heridas antes de que se produzcan y ese marchamo no continuista que forja trayectos de escaso recorrido, es como mínimo, para no estar tranquilo del todo.

Es mi deseo que Pablo Guede me desmienta con sus hechos. Quisiera verlo triunfar, por su bien y por el nuestro. Igual en Colo-Colo adquiere la madurez necesaria y alarga su existencia entre nosotros a base de victorias, buen juego si es posible, aunando equipo y afición en solo ente y restaurando ese espíritu de hermandad que nada ni nadie debiera romper. Ojalá así sea.

Estamos ante un futuro al viento, que espero y deseo, sea empujado por la brisa fresca del mar y no por fuertes ventoleras que todo lo arrasa y hace que estemos en constantes procesos de reconstrucción. Esperemos que estas alarmas solo sean producto de una imaginación desbordante y no de una realidad que nos puede alcanzar con el paso trastocado.

FUERZA ALBA

Related posts