DESDE ESPAÑA CON AMOR | Surinam. La perla robada
Autor | José Luis Peña Follow @QuincyChile
A mis almas caciques y corazones albos; a mis compañeros de viaje en este mundo de letras y pasión; a cuantas personas habitan en otros clubes y a quienes me siguen desde la distancia con devoción: ¡sorpresa! En esta ocasión no voy a hablar de Aníbal Mosa.
Aquí me presento intentando dar un giro de 180º con la intención de no marearme ni de marearles. No. No me volví loco. Lo que ocurre es que de vez en cuando es bueno y saludable cambiar los registros a los que uno se aferra. Es conveniente acudir a lo enigmático, a lo novedoso e intentar cosas diferentes en esto del arte de escribir. Creando expectativas procurando no engañar. Estimulando la magia sin llamar al desconcierto. Fomentando el misterio sin misterio alguno. Sin red. Esperando no ahuyentar sus espíritus. Buscando esa comunicación en la distancia basada en la verdad, el cariño establecido y el respeto mutuo.
Espero no defraudaros en este trabajo. Es diferente. Se adentra en otros mundos. Mundos paralelos al fútbol que conocemos. De historias reales que jalonan la historia de este divino deporte. Historias desconocidas para el gran público. Que permanecen escondidas como si no quisieran salir para no desviar la atención. Hechos y sucesos reales como la vida misma. Con protagonistas desconocidos y no tan anónimos.
Es hora por tanto de subir escaleras; de bajar toboganes; de cruzar los límites de la historia; de adentrarse en paisajes hasta ahora invisibles y tomar un pasaje que nos conducirá a otras vidas y otras experiencias. Síganme, que de seguro no se arrepentirán.
SELECCIÓN NACIONAL DE SURINAM
Otro fútbol. Un mundo apartado, lejano y distante. Buceo por una de los combinados nacionales más desconocidos. Sin éxitos. Sin triunfos en sus vitrinas. Jugando a ser amateurs. Con jugadores que repiten siempre la misma historia. De fracaso en fracaso. Sin gloria. Sin glamur. Luchando por sobrevivir. Asumiendo su condición. Fuera de todo foco informativo. Como jugando a escondidas. Con miedo de volver a ser de nuevo atropellados.
Un fútbol sin medios. Agazapado en la espesura de la jungla. Huidizo. Enclavados en Sudamérica pero mirando al Caribe, Centroamérica y Norteamérica. Son CONCACAF. Reyes de la nada. Aislados por sus propias deficiencias. Un sólo estadio válido. Reducidos al olvido en un país de escasos 551.000 habitantes pertrechados casi todos ellos en la capital y área metropolitana. De escasas victorias y numerosas derrotas. Navegando en el fondo de la tabla, por el puesto 165 del ránking FIFA.
PARADOJAS DEL FÚTBOL
Fútbol sin historia pero con historias que contar. Campeones en la oscuridad. Testigos mudos del nuevo neocolonialismo implantado en el mundo del deporte. Y el juego del balompié no iba a ser menos. Surinam, forja de campeones; escuela de ganadores; granero de futbolistas que adoran la exquisitez por la técnica; partícipes de eso que se llamó “fútbol total”, pero olvidados como colectivo nacional.
Huyendo de la pobreza para salir en busca de mejores condiciones de vida. Recalando al otro lado del Océano Atlántico en busca de la gloria negada en su país. Nuevos horizontes. Sueños al viento. Esperanzas surcando el aire. Cánticos de añoranza a modo de saudade. Recuerdos de una partida (para algunos) y escuchando relatos de sus padres (para los más) de aquellas tierras que un buen día dejaron atrás.
Porque en Paramaribo, capital de Surinam, nacieron un buen puñado de jugadores hoy venerados y santificados en el santoral del fútbol. Nombres para no olvidar y que en su día engrandecieron esto llamado fútbol: Edgar Davis, Clarence Seedorf, John Floyd Hasselbaink, Aron Winter o Stanley Menzo son solo una pequeña muestra del talento que nació de este pequeño y recóndito país.
La nómina de jugadores cuyo pasado y raíces se encuentran engarzadas en los recovecos de la inmigración, aún es mayor. Toda una lista de campeones cuyos padres tuvieron que abandonar su querido país en pos de mejores condiciones de vida. Partiendo de celebridades tales como Ruud Gullit, Frank Rijkaard, Patrick Kluivert y Gerald Vanenburg, siguiendo por los no menos reconocidos Royston Drenthe, Winston Bogarde, Ryan Babel, Nigel de Jong, Michael Reiziger, Gaston Taument, Orlando Engelaar, Mario Melchiot y Pierre Van Hooijdonk. Para quitarse el sombrero.
COLORIDO 11 (del neerlandés, Kleurrijk Eiftal)
Colorido 11 (también conocido como The Colorful Eleven) fue un proyecto llevado a cabo por un trabajador social holandés-surinamés llamado Sony Hasnoe. Pero antes de abordar qué era Colorido 11, hagamos una pequeña reseña biográfica de esta persona, para de esta manera entender mucho mejor la posterior historia que os voy a contar.
Sony Hasnoe trabajaba por aquel entonces (década de los 80 del siglo pasado) en los barrios más desfavorecidos de Ámsterdam con niños en peligro de exclusión social y cuyos orígenes se encontraban en Surinam. Su afán social por reconducir unas existencias expuestas al odio, la xenofobia, la caída en conductas delictivas o en la drogadicción, le llevaron a explorar fórmulas novedosas para la reinserción de unos muchachos sin salida al futuro y con todos los gastos pagados para descender a los infiernos.
Comprobó que sus sueños se podían hacer realidad. ¿Cómo? Incentivando y animando a los chavales a participar en equipos de fútbol. Mezclándose con muchachos blancos. Descubriendo nuevas fronteras. Respirando por fin aires sanos. Huyendo de casas y calles claustrofóbicas. Saltando muros. Jugando como niños sin miedo a ser adolescentes. Pateando aquel presente para ensanchar el futuro.
La fórmula cuajó. Y cuajó de tal modo que después de aquello sobrevino Colorido 11, una iniciativa del propio Sony Hasnoe, consistente en la formación de un equipo de fútbol, con carácter de exhibición, compuesto por jugadores profesionales y de jóvenes promesas de origen surinamés que disputaban sus partidos en Holanda.
En 1986 Sony Hasnoe organizó el primer partido entre una selección de jugadores profesionales holandeses-surinameses (Colorido 11) y el conjunto del Sport Vereniging Robinhood, más “conocido” como SV Robinhood, campeones por aquel entonces de la liga doméstica de Surinam.
Fue todo un éxito aquella iniciativa. Tanto es así que la historia se quería volver a repetir en el año 1989. Colorido 11 tenía programado un encuentro en tierras surinamesas para el mes de junio. Todo parecía ir según lo deseado. Aquel equipo lo componían inicialmente figuras relevantes como Ruud Gullit, Frank Rijkaard, Aron Winter, Bryan Roy, Stanley Menzo, Dean Gorre y Regi Blinker, entre otros.
Pero surgió un imprevisto. Los clubes de procedencia (holandeses y no holandeses) denegaron el permiso correspondiente a que dichos jugadores viajaran a tierras de Sudamérica. De esta manera, Gullit y Rijkaard no recibieron permiso del AC Milán y Winter del Ajax.
Esto no amilano el espíritu con el cual Colorido 11 nació. Los responsables armaron un nuevo equipo, compuesto por jóvenes que no sobrepasaban los 25 años de edad (excepto en dos casos) y cuyo porvenir estaba más cerca del éxito que del fracaso. Cabe destacar que tanto Hennie Meijer, como el guardameta Stanley Menzo, desobedecieron las órdenes de sus equipos y viajaron a Surinam por sus propios medios en un vuelo anterior al tomado por Colorido 11. Aquel vuelo en el que viajaban las ilusiones de todo un grupo de jóvenes chavales y la esperanza de todo un pueblo era el 764, operado por Surinam Airways.
VUELO 764 DE SURINAM AIRWAYS
– Origen: aeropuerto internacional de Ámsterdam- Schiphol (Holanda).
– Destino: aeropuerto internacional de Paramaribo-Zenderij (Surinam).
– Previsión de vuelo; sin escalas.
– Día de salida: 06 de junio de 1989.
– Hora: 23.25 hora holandesa.
– Duración del vuelo: entre 10 y 11 horas.
– Nº de personas a bordo: 178 pasajeros y 9 tripulantes.
– Tipo de aeronave: Mc Donald Douglas DC 8, serie 62.
Con un vuelo cómodo, rutinario y sin sobresaltos y, tras más de 10 horas de vuelo, la tripulación emprende la maniobra de descenso. Por razones que voy a obviar, dada la complejidad que llevaría explicar lo sucedido, lo cierto es que el Vuelo 764 se estrelló en las cercanías del aeropuerto de destino. Sobrevivieron a la tragedia 11personas. El resto, o bien murió al instante o lo hicieron horas o días después. El informe final indicó que la causa principal se debió a negligencia del piloto.
Hasta aquí el relato de una tragedia aérea que se llevó por delante a la casi totalidad de aquel equipo de futbol llamado Colorido 11, que pretendía, entre otras cosas, apoyar y fomentar el espíritu de hermanamiento entre deportistas en busca de sus orígenes y, al mismo tiempo, intentar sacar de la marginación y el olvido a un fútbol situado en la Edad de Piedra, pero que al mismo tiempo era capaz de generar auténticas estrellas del balompié.
Aquel fatídico 07 de junio de 1989 fue la tumba de una generación de futbolistas, la denominada “generación perdida de Surinam”. La tragedia aérea terminó también por sepultar todo un proyecto y al mismo tiempo privó de morir a quienes más adelante se convirtieron en la continuación de aquella fantástica hornada de jugadores que se reunieron en torno a la denomina “Naranja Mecánica”.
En homenaje póstumo a los componentes de tan singular equipo de fútbol y del propio Sony Hasnoe, también muerto en el accidente, voy a citar a los 15 integrantes que dejaron sus vidas cuando buscaban un sueño. Entre paréntesis figurará la edad que tenían cuando murieron, sin olvidar a los tres únicos supervivientes de aquel desastre aéreo:
Ruud Degenaar (25), Lloyd Doesburg (29), Steve Van Dorpel (23), Wendel Fräser (22), Frits Goodings (25), Jerry Haatrecht (25), Virgall Joemankhan (20), Andro Knel (21), Ruben Kogeldans ( 22), Ortwin Linger (21), quien fallecería tres días después, Fred Patrick (23), Andy Scharmin (21), Elfried Veldman (23) y Florian Stiensta (33), que ejercía de entrenador.
A la tragedia sobrevivieron tres expedicionarios de aquel equipo: Sigi Lens (25), Edu Nandlal (25) y Radjin de Haan (19). Y aunque de Haan lo intentó, ninguno pudo continuar sus carreras deportivas debido a las gravísimas lesiones que el accidente les dejó como secuelas.
DE DESGRACIA EN DESGRACIA
Surinam, la perla robada y saqueada; eternamente escondida y apartada en una de las esquinas de Sudamérica, nunca logró asomarse al presente futbolístico internacional. A rebufo de su propia incompetencia y del afán recaudatorio que toda metrópoli quiere conseguir. Holanda fue lo que fue y representa lo que representa ahora dentro del panorama mundial de este deporte, gracias a un buen puñado de jugadores nacidos o con ascendencia surinamesa.
Los Marco Van Basten, los Koeman o los Robben de ahora, poco podrían haber hecho si a su lado no hubiesen estado todos estos (y más) deportistas de tez morena por cuyas venas corre incesante el espíritu de un pueblo y una nación con ansias de salir del ostracismo en que viven sus gentes.
Lucha desigual. Con derrota de antemano y la fatalidad en forma de catástrofe aeronáutica, que terminó por sepultar las ilusiones de unas personas humildes que jamás renegaron ni olvidaron su pasado.
Vida y muerte; esperanza y desconsuelo; alegría por los que no subieron en aquel maldito avión y llanto por los que embarcaron en el Vuelo 764.
Honremos la memoria de todos y cuantos, de una forma u otra, un día emprendieron el difícil camino de fomentar un equipo de fútbol, cuyo motor no era ganar una liga, ni un Mundial de Clubes ni alcanzar la final de Champions League, sino de unir a todo un país con el único propósito de enseñarles sus progresos y triunfos y compartir con ellos sus experiencias.
In memoriam
EPÍLOGO
Este no es el único caso en el que se entremezclan mis dos grandes pasiones; fútbol y aviación comercial. A continuación os proporciono de forma resumida cinco catástrofes aéreas en los cuales se vio involucrado el mundo del fútbol:
-04 de mayo de 1949 (Tragedia de Superga). Equipo: Torino.
-06 de febrero de 1958 (Desastre aéreo de Munich). Equipo: Manchester United.
-03 de abril de 1961 (Desastre del Cerro Las Ánimas). Equipo: Green Cross (Chile).
-08 de diciembre de 1987 (Desastre de Alianza de Lima). Equipo: Alianza de Lima.
-28 de abril de 1993: tragedia de la Selección Nacional de Zambia.
FUERZA ALBA
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