ALBO OBJETIVO | En su justa medida
La semana anterior dedique una columna a explicar el fenómeno que fue Humberto Suazo en Monterrey con el fin de dar a entender el porqué de la idolatría que le profesan en tierras aztecas, al punto de rendirle homenaje denominándolo como “el mejor de todos los tiempos”.
Autor | Samuel Lorca Follow @xamwel
Imagen: El Mostrador
Se describieron sus logros, sus triunfos y el como hizo crecer exponencialmente a la tradicional institución regiomontana. Se detalló de tal manera que no hubiese duda posible de que el homenaje recibido y la devoción demostrada hacia ‘Chupete’ era absolutamente merecida.
Ahora bien, tras el homenaje realizado en tierras aztecas distintos sectores en Chile renegaron, principalmente contra Colo Colo, pero también contra la Selección y el futbol chileno en general, por no respetar a sus ídolos y por no brindarle el debido reconocimiento. Y es justamente a este punto al que se refiere la siguiente columna, al porque NO corresponde un homenaje de similares magnitudes para Humberto Suazo en Chile.
Partamos por Colo Colo. Humberto Suazo llegó al Cacique el año 2006 desde Audax Italiano de la mano de Claudio Borghi quien lo había dirigido en los itálicos. En su primer torneo fue Campeón del Apertura además de consagrarse máximo anotador del mismo, siendo una de las figuras junto a Jorge Valdivia, Matías Fernández y Claudio Bravo. Al semestre siguiente demostraría su buen nivel en el plano internacional siendo subcampeón y goleador de la Copa Sudamericana. En el plano local se consagraría campeón del Torneo de Clausura. Esas campañas le valieron ganarse el corazón del hincha popular sin declaraciones melosas y sin vender humo, solo a punta de goles, aunque se vio algo opacado por el nivel sublime del ‘Crá’ Matías Fernández quien fue el máximo referente de esa etapa. Se mantuvo un semestre más en el club haciendo buena campaña personal en Copa Libertadores, coronándose campeón del Apertura 2007, convirtiéndose en tricampeón y consagrándose goleador del certamen. Tras un año y medio, 3 títulos y 70 goles en 75 partidos, es traspasado al Monterrey de México, cumpliendo así el deseo del delantero de jugar en el extranjero, lo que de paso le permitiría asegurar su futuro. Luego de siete temporadas y media en el exterior, siete de ellas en Monterrey donde fue genio y figura, llega a acuerdo económico y vuelve al Cacique. Suazo regresa desde México prácticamente jubilado, en Monterrey había perdido terreno al punto que ya no jugaba de delantero sino que volanteando, sus goles eran escasos y sus lesiones frecuentes. Ni la sombra del goleador que el hincha albo recordaba. En sus primeros juegos de retorno al club se denotaba su empobrecido nivel y, si bien parte de la hinchada lo defendía, la mayoría comenzaba a criticar su desempeño. Aun así el técnico José Luis Sierra lo mantuvo en el once titular, más cuando su rendimiento comenzó a mermar durante los juegos opto por reemplazarlo transformándose, a causa de su propio nivel físico y futbolístico, en el primer cambio del equipo. Esta acción fue vista por Humberto como una falta de respeto y durante la novena fecha del Apertura 2015, tras un cambio, salió encolerizado insultando al técnico y a su ayudante. Luego, y con una soberbia incomprensible, se negó a reunirse con el cuerpo técnico para solucionar el impasse lo que dio como resultado que Humberto Suazo fuera desvinculado del club. Su polémica salida de Colo Colo trajo diversas consecuencias tanto para él como para los demás involucrados: Para el jugador significo el retiro, para la concesionaria una millonaria demanda, para sus compañeros y el cuerpo técnico un quiebre que nunca pudo ser superado.
Si nos basamos en la columna de la semana anterior, son notorias a simple vista las diferencias entre la historia de ‘Chupete’ en Monterrey con la que escribió en Colo Colo. Debiese ser evidente el por qué Suazo no debiera tener un homenaje de las magnitudes del que tuvo en México por parte del club albo. Pero para ser más claros ahondaremos en algunos puntos:
* Colo Colo en los últimos años ha realizado homenajes y despedidas a verdaderos símbolos del club: José Daniel Morón (6 temporadas, 11 títulos); Lizardo Garrido (14 temporadas, 15 títulos); Marcelo Barticciotto (10 temporadas, 13 títulos); Hugo Rubio (8 temporadas, 9 títulos) y Marcelo Espina (6 temporadas, 5 títulos) entre otros. Es evidente que Suazo en los poco más de dos años que estuvo en la institución no llegó a estar a la altura de los nombrados tanto en identificación, liderazgo, ascendencia, títulos y permanencia. Sus logros son sin duda valiosos, suman y se agradecen, pero en esta institución campeona de todo no alcanzan para estar a la altura de leyendas como las citadas u otras como Carlos Caszely o Francisco ‘Chamaco’ Valdés. Es más, un homenaje podría ser injusto para otros jugadores que con más temporadas y logros no tuvieron despedida como Rubén Martínez (3 temporadas y media, 6 títulos), Marcelo Ramírez (18 temporadas, 15 títulos) o Luis Mena (16 temporadas, 12 títulos).
* La cantidad de goles convertidos no es relevante (como en Monterrey en donde es el máximo goleador histórico) ya que con sus 77 anotaciones ni siquiera figura en el top ten de los goleadores albos. En muchos clubes chilenos con esa cantidad de tantos seria el goleador histórico por lejos y no tengo dudas que de haberse quedado por años en Colo Colo habría logrado cosas extraordinarias (como lo hizo Esteban Paredes por ejemplo) pero no fue el caso. Tampoco cuenta con el plus de ser un jugador de casa, de hecho hizo inferiores en Católica y militó en cinco clubes antes de llegar al popular (Ñublense, Magallanes, San Luis, San Antonio Unido y Audax Italiano).
* Volver en el momento que lo hizo, cuando ya no tenía nivel para rendir de acuerdo a las exigencias de Colo Colo, también es un punto a considerar. De hecho hay un jugador homenajeado que ejemplifica el camino que Suazo no se atrevió a tomar: Ivo Basay. En 1995 el ‘Hueso’ llega al popular a mitad de temporada con 29 años y tras ser campeón, máximo goleador y mejor jugador del torneo mexicano. De hecho un año antes estuvo a préstamo en Boca Juniors, equipo que ofreció 4 millones de dólares (cuando 4 palos verdes valían) para comprarlo y Necaxa se negó a venderlo. Pero nada pudieron hacer ante el deseo de Basay de vestir la alba, club del que había sido hincha de toda su vida. Cuando le preguntaron a Ivo porque había regresado a Chile cuando era máxima figura en el futbol azteca (cobrando mucho menos que allá además) manifestó que quería llegar mientras aún pudiera ser aporte, que quería venir a rendir y no a morir al club. Y así lo hizo por tres temporadas y media con goles, títulos y jerarquía, siendo capitán del histórico equipo de los ‘pesos pesados’ que hizo grandes campañas internacionales, y siendo detenido solo por una grave lesión que precipitó su retiro. Suazo bien pudo volver un par de temporadas antes cuando aun rendía y no cuando elegantemente Monterrey lo jubilo. Pero no, él acepto volver aun sabiendo que no venía bien.
* Pero la razón más importante para que no sea merecedor de homenaje alguno es el respeto, ese que no tuvo hacia su cuerpo técnico (José Luis Sierra y Pedro Reyes, dos que vistiendo la alba defendieron más años y lograron más éxitos que Suazo). Porque no fue solamente una falta de respeto a ellos individualmente, también a los principios de David Arellano y a lo que representa Colo Colo mismo. Su soberbia, sus aires de ‘megaestrella’ y su nula autocritica son gestos que ninguno de los anteriormente homenajeados y emblemas tuvo en el club.
Cerrando este ítem soy partidario a un reconocimiento a un jugador (y a todo jugador) que haya ayudado a engrandecer la historia de la institución. Y Humberto sin duda lo hizo a través de sus logros con la camiseta del Cacique en su exitoso primer paso. Pero tras las decepcionantes acciones en su segundo paso por Colo Colo en ningún caso merece un homenaje o despedida con el indio en el pecho, solo un reconocimiento.
En cuanto a una despedida por la Selección el tema es simple. La Roja muy rara vez hace partidos de despedida u homenajes. Sergio Livingstone, Elías Figueroa, Carlos Caszely e Ivan Zamorano se cuentan entre las escasas leyendas homenajeadas. Los nombrados son verdaderos baluartes en la historia de la Selección, capitanes históricos con diversos records y participaciones. Humberto Suazo hizo un buen record de partidos (60) y goles (21) pero estuvo lejos de ser una figura que merezca dicho honor. De hecho Jorge Aravena (37 partidos, 22 goles) o varios de los actuales seleccionados tienen mejor record que ‘Chupete’. Es innegable que hizo una gran campaña en la eliminatoria a Sudáfrica siendo goleador, pero fue su única gran campaña. Asistió a dos Copas América en donde destacó el 2007 y quedó al debe el 2011 y un Mundial al que llego lesionado y no rindió. Fue figura por un corto periodo (no alcanzo a estar una década en la Roja) pero no referente, rara vez fue capitán y, a diferencia de las figuras nombradas, no se retiró de la Roja voluntariamente sino que fue dejado de lado por falta de nivel. Al igual que en Colo Colo, tal vez un reconocimiento a las alegrías que dieron sus goles, pero nada de homenajes.
En cuanto a una deuda de gratitud del futbol chileno para con ‘Chupete’ esa no es tal, ya que a los clubes por los que paso (excepto Colo Colo) no se les cuestiona que no le rindan tributo por la escasa afluencia de hinchas que poseen y a que su aporte no fue tal. En Ñublense y Magallanes su paso es una anécdota; en San Luis y el SAU fue aporte pero en categorías secundarias; en Audax rindió pero por corto tiempo. No se trata de desmerecer los logros de la carrera de Humberto Suazo, que los tuvo y con creces, ni tampoco es ser malagradecido con las alegrías que brindo. El tema es darle a sus méritos la justa medida.
En Monterrey fue el más grande de todos los tiempos, por eso la magnitud del homenaje que estos le brindaron. Pero en Colo Colo, si bien fue un gran delantero, fue uno de los muchos buenos jugadores que el club tuvo en su historia, varios de ellos superiores en grandeza a Suazo como Francisco Valdés, Carlos Caszely, Manuel Muñoz o Elson Beyruth. Incluso en el plantel actual Esteban Paredes tiene mayores méritos para que se le realice un homenaje.
Un reconocimiento de Colo Colo, de la Selección o de cualquiera de los clubes chilenos en los que jugó es lo justo, porque fue un grande. Que el hincha tenga la oportunidad de aplaudirlo por última vez. Pero el homenaje de despedida que los hinchas chilenos reclaman se lo dieron en la tierra donde se lo ganó, allí donde fue el mejor de todos los tiempos.
SAMUEL LORCA M.
sammael @xamwel
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