La alegría de verte jugar Columnas 

La alegría de verte jugar

Esta semana saldré un poco de la actualidad de Colo-Colo para poder dar a conocer mi visión acerca de cómo se ve a Colo-Colo desde distintas facetas.

“Autor | Rodrigo Gallegos

Hemos tenido semanas convulsionadas con la actualidad alba; el juego no nos acompaña y menos lo hacen los resultados. Pero esta vez les comentaré el cómo he vivido esta pasión a través de los años.

Para mí, pase lo que pase en la cancha, ver a Colo-Colo me produce una alegría inmensa; estoy toda la semana ansioso para que llegue el fin de semana y pueda disfrutar de 90 minutos de fútbol. Ver a los 11 guerreros salir a la cancha me pone los pelos de punta y el corazón me late más fuerte que en cualquier otra ocasión. Pero no siempre he vivido este amor de la misma forma.

Desde pequeño que me gusta el fútbol. Mi tío me llevó al estadio y empecé a conocer a Colo-Colo de a poco. Él se encargaba de llevarme todos los fines de semana para que me impregnara de este amor tan grande. Me aprendí los cánticos y conocí a mis primeros ídolos.

Fui creciendo y de a poco me fui alejando del estadio. Iba de vez en cuando a ver a Colo-Colo y sólo podía informarme por la radio o por las noticias el domingo en la noche. En ese tiempo no contaba con los recursos para poder contratar el canal de cableoperador que reinaba.

Ya más grande, comencé a volver a los estadios. No asistía a todos los encuentros porque no estaban los medios suficientes como para hacerlo, pero cuando podía, ahí estaba en Lautaro o Cordillera rompiendo la voz junto a mis amigos. Muchas veces lloré de pena o grité de euforia por un buen resultado.

Por último, desde hace un tiempo que estoy participando en medios deportivos. Gracias a éstos, me fui interiorizando más en los aspectos “periodísticos” y empecé a analizar los partidos más objetivamente. Sin ir más lejos, esta temporada pude conseguir acreditación para cubrir los partidos del fútbol chileno. Pero esto no me ha impedido seguir viviendo mi pasión por el popular al límite de emociones. Es más, esto me ha permitido conocer cosas de Colo-Colo que no sabía; escribir estas columnas no son más que la demostración de que mi amor por Colo-Colo sigue creciendo cada vez más.

A lo que voy con este escrito es que no importa el cómo lo vivas, no importa si el equipo gana o pierde; El amor por ver jugar a Colo-Colo es indescriptible. Da lo mismo de donde seas, si lo ves en casa, en el estadio o desde las casetas de prensa; el sentimiento nunca cambia por Colo-Colo. Nada te hace más hincha que otro.

Lo único que importa es seguir disfrutando esto que Arellano nos dejó. Un club que ha heredado toda la sangre araucana de nuestros antepasados y que se encarga de inflarnos el pecho cada vez que saltan al campo de juego. Estamos condenados a seguir viviendo esta pasión llamada Colo-Colo, porque esto es un lazo permanente de indestructible unión.

 

 

IMAGEN: Agencia UNO

Related posts