Ay, que pena
Autor | Javier Contreras Follow @JavierSaCoPe
Imagen: LUN
Ay qué pena y qué manera de sufrir en estos días con nuestro albo querido. Nuevamente se perdió en el monumental y Guede entró en las estadísticas negativas históricas del club. A pesar de que siempre busco ser un poco frío en mis análisis, hoy es imposible alejarse de esa sensación amarga y debo dejar claro que para mí estamos viviendo una crisis.
Ahora para sorpresa de muchos, para mí la crisis es buena. La crisis es el momento de transparentar las sensaciones más verdaderas y profundas, por algún tema ético o moral tendemos a esconder lo que realmente pensamos o sentimos y tendemos a repetir lo correctamente aceptable para todos. Hoy en Colo-Colo lo aceptable es difícil de mantener porque las derrotas muestran lo verdadero y el aire del camarín debe estar como para cortarlo con cuchillo. Si pensábamos que con el círculo del honor que tuvieron que hacer los jugadores derrotados en su propia cancha frente al recién ascendido habíamos visto la imagen más fuerte que podían entregarnos los jugadores del derrotado Guede, quedamos cortos porque en esta fecha vimos llorar al “Chino” Suazo que no soportó la presión y se derrumbó ante una nueva derrota. Se derrumbó como lo hizo el equipo al recibir ese gol de pelota parada que desarmó todo lo que había tejido el equipo en los primeros minutos. Ramón estaba mostrando sus credenciales, Baeza demostraba que un poco más de quite servía en el medio, Rivero convencía que él era el indicado para acompañar a Paredes, tanto cambió el partido que ese mismo Octavio fue el que erró un cabezazo solo a un metro de la línea de meta, y como dijo un relator era meter el frentazo hacia abajo esperar que la pelota botara y entrara para romper ese cerco que viene molestando hace rato a la ofensiva del popular. Un equipo débil de mentón, que cada vez se llena más de fantasmas y confirma una constante del técnico argentino, cuando le fue bien solamente logró cuajar sus buenas temporadas de la mitad para adelante. Todo lo versero y lo bueno para manejar a la prensa que tiene Guede, lo tiene de malo para transmitir tranquilidad y constancia a sus dirigidos, le encanta el desequilibrio. Hoy frente a la opinión pública el Cacique de Guede pende de un hilo, la mayoría de los hinchas ya perdieron la paciencia y habrá que ver que tal van los jugadores.

Como el mismo argentino dijo, en la quinta fecha termina un ciclo. Esperamos que los jugadores se cuadren y todos juntos podamos salir del fondo de la tabla. Es necesario recuperar la solides defensiva (para mí la clave está en las bandas), poder generar más en el medio campo (no sólo en ataque, sino en la recuperación también) y por sobretodo mejorar el finiquito (los delanteros están secos). Cómo escuché por ahí en este momento lo fácil es criticar y pedir la cabeza de los culpables, porque con estos resultados lo aceptable es mandar todo a la mierda. Yo en la crisis mantengo mi convicción en el trabajo del técnico, pero ay, qué pena que aún no tengamos carnaval.
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