DESDE ESPAÑA CON AMOR | Al norte de la desolación
Queridas almas caciques que transitan hoy en día por el lado salvaje de los sentimientos; estimados compañeros de letras que están escuchando la cara B de la derrota; a todos los corazones que sin ser del más popular no se alegran de nuestro sufrimiento y a quienes tomaron por sana costumbre seguirme: toca llorar y clamar a la esperanza al mismo tiempo.
Autor | José Luis Peña Follow @QuincyChile
No entraba en mis planes redactar esta columna, pero dado los acontecimientos por los que se mueve todo el amplio espectro del pueblo de Arellano, me veo forzado a escribir unas líneas espero el paso del tiempo reviertan. Porque el panorama actual que vive Colo-Colo no es el imaginado por quienes formamos esta gran familia que transciende más allá de las fronteras de Chile.
SIN BRÚJULA
Caminar al norte de la desolación es hacerlo sobre un mundo de sensaciones devastadoras. Es territorio donde no crece una brizna de hierba. Donde el aire se espesa. Donde el Norte desaparece entre tempestades. Lugar inhóspito. Sitio sin reseñas. Con la Cruz del Sur sumida en una profunda oscuridad. Con el Este sin amaneceres y un Oeste en permanente ocaso.
Ruta al infierno el tomado por nuestro querido y amado Colo-Colo. Golpeando con furia a puertas atrancadas.
Llamando a una esperanza que se volvió sorda. Desnortados y sin brújula. Pinceladas de un desastre que no cesa. Sueños quebrados en cinco actos para olvidar. Almas dañadas. Corazones hecho añicos. Con la derrota martilleando nuestras mentes. Impotentes. Cabizbajos. Apesadumbrados. Así estamos quienes no entendemos un mundo sin Colo-Colo.
LAS LÁGRIMAS DE GABRIEL SUAZO
Son la proyección de nuestro dolor. Imagen viva de un sentir multitudinario. Esencia del desgarro que sufrimos miles y miles de colocolin@s repartidos entre Chile y la aldea global en que se convirtió el mundo. De puro sufrir la cruz de la derrota surgieron esos ojos humedecidos. Estampa de un dolor sincero cimentado en sentimientos de amor y lealtad.
Desesperación, rabia e impotencia desprendidas de la joven figura de un guerrero cacique que se opone a hincar la rodilla en tierra. Espíritu albo en lucha contra un porvenir incierto. Un mar de llantos en el que nos sumergimos cuantos habitamos en las orillas del Monumental David Arellano. Sed de angustia y vértigos envolventes. Y con las lágrimas de Gabriel Suazo sintetizando todo nuestro malestar.
PASIONES ENCOFRADAS
Con que poco nos ganan. Con que facilidad nos rompemos. 11 escalones por debajo (4 puntos de 15 posibles) y un 10 en la Escala Ritcher. De cuando el cofre de los deseos se lo tragó un profundo pozo. Sin magia. Sin chispa. Sin gracia que sonreír. A puro lamento. Con el susto en el cuerpo y las emociones temblando.
Sin respiro alguno. A golpes de derrotas. Sin ilusión. Perdidos en la oscuridad. Con lo remos roídos por la impotencia. Y los cánticos de la afición en plena debacle surcando los aires de Macul. Puro instinto de supervivencia con el drama anudado al cuello. Siempre albos. Siempre caciques. Eternos como nuestro fundador. Con el séptimo mandamiento que nos legó Don David Arellano presidiendo la proa. De pasiones encofradas que nunca encerrarán. Si pertenecemos al más grande es que somos los más grandes.
PASADO Y PRESENTE
Fantasmas del pasado. De herencias recibidas. De clichés no desactivados. Presente ahogado en fórmulas que no arrancan. Del vértigo a la caída. De la alegría al pesar. Claroscuros de un hoy vestido de tristeza. De veteranos que no rinden. Que se acomodaron en el rol de vacas sagradas. De jóvenes valores con nombre propio que apuntan alto. Delicatesen de lo que viene. Con lucha, garra y valentía. Juventud al poder.
Pasado y presente fundidos en un híbrido que nos transporta a situaciones irreales como sacadas de un cuento fantasmagórico y surrealista. En constante “deja vu” donde se reviven experiencias que ya sentimos con anterioridad. Sin cambios. Cometiendo los mismos errores como si se hubiesen tornado automatismos. Con la obligatoriedad de emplear contrarreformas para combatir las nuevas reformas.
DINÁMICA DESCENDENTE
Colo-Colo se presenta a día de hoy como un púgil a quien están aplicando la cuenta de protección. Grogui. Desorientado. Tambaleándose. Al borde del KO técnico. Caminando cuesta a bajo sin frenos. Dando golpes al aire y recibiendo crochés directos que noquean toda capacidad de respuesta. Arrinconado contra las cuerdas y sin capacidad de repeler los ataques. Ataques directos al hígado, al mentón y al rostro. Esperando el gancho directo, duro y demoledor que de con sus huesos en la lona.
Y en plena caída libre, salvados a veces por la campana, con la visión borrosa por tan semejante castigo todavía queda alguien que se resiste a tirar la toalla. Hay quien permanece en pie en el seno de la plantilla que todo lo da a sabiendas que nada sale bien. Huyendo de los golpes perdedores gravitando sobre sus propios pasos para mantener una distancia prudencial que le mantenga en pie, en lucha. Con la ilusión de acertar en un descuido del adversario con la madre de todos los golpes que propicie la victoria final, bien sea por derribo del contrario, bien por puntos. Da lo mismo como se consiga.
CON EL VIENTO DE CARA
Con el desánimo acoplado. La desorientación y el crudo dolor de la inoperancia a cada partido disputado, instalándose como viniendo de la nada. Ráfagas de desorientación y la incapacidad masiva para resolver problemas que los propios responsables pusieron en marcha. Con el viento de cara azotando sin piedad nuestras espaldas.
Se nos vino la ansiedad, la precipitación, el miedo que todo lo atenaza, la improvisación y el desasosiego. Con la impotencia, la incertidumbre y el desconcierto campando a sus anchas. De cuando la rabia y el pesar se multiplican por dos: por los que están en la cancha y los que habitamos en la gigantesca grada del Monumental. Gradas reales. Gradas de ausencia. Gradas imaginarias de quienes sentimos en la distancia.
DISCULPEN MI LOCURA
Es curioso lo mío. Tal vez para hacérselo mirar. Vayan ustedes a saber. No deja de tener su misterio que habitando en el Hemisferio Norte, mi norte lo encontrara mirando a Chile. Pero más misterio tiene que viendo jugar a Colo-Colo con cinco y hasta seis delanteros me viniesen a la memoria unos versos del gran poeta y dramaturgo inglés Alfred Tennyson (1809-1892), aquellos que describieron la Batalla de Balaclava (25 de octubre de 1854) y la carga de la Brigada Ligera, cuyos tres primeros versos dicen:
La mitad de una comunidad, La mitad de una comunidad hacia delante Todos en el valle de la Muerte Cabalgaron los seiscientos: “Adelante la Brigada Ligera Cargad contra los cañones”, dijo Al interior del valle de la Muerte Cabalgaron los seiscientos. ¡Adelante la Brigada Ligera! ¿Había algún hombre afligido? No, aunque el soldado sabía Que alguien había cometido un error: Ellos no replicarían, Ellos no preguntarían el por qué, Ellos harían y morirían, Al interior del valle de la Muerte Cabalgaron los seiscientos. Cañón a su derecha, Cañón a su izquierda, Cañón delante de ellos Recibieron descargas de disparos y bramidos Les atronaron con disparos y obuses, Cabalgaron con bravura, Hacia las fauces de la Muerte, Hacia la boca del Infierno Cabalgaron los seiscientos.
Así percibo a Colo-Colo cuando atacamos de manera desaforada a rivales que aprendieron la lección. Nos rematan los partidos sin nosotros rematar. Todos adelante y la retaguardia desprotegida. Ciegos mirando el arco contrario y recibiendo goles a modo de cañonazos. Gol del contrario de libre directo, de córner, al contragolpe, tras un saque de banda, de fallos infantiles de defensas y portero. De cuando nos perdonaron aumentar la humillación.
Como la carga de la Brigada Ligera. Buscando la heroica contra un enemigo que se volvió poderoso al concederles nosotros ese poder. Y con los once corriendo por el valle de la derrota. Con la masacre dispuesta a devorarnos. Fagocitándonos a nosotros mismos. De cuando se bajan los brazos tras el primer traspié en forma de gol en contra.
Pero al contrario de lo sucedido en la península de Crimea, nuestro pequeño ejército se mantiene en pie desafiando un futuro oscuro como boca de lobo. Y con la fiel hinchada alba en espera de que no ensayen nuevas maneras de morir.
FUERZA ALBA
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