CON LA CAMISETA PUESTA

Autor | Javier Contreras Follow @JavierSaCoPe

Imagen: Colocolo.cl

Me siento a escribir y sé que antes de terminar sabré el segundo resultado de una seguidilla de tres duelos importantísimos en la era Guede. No es un misterio mi gusto por el técnico argentino y en ésta estoy con el gran “Pancho” Arellano, que más de una vez ha dicho que Guede no se parece en nada al cortado Becaccece. Primero fue jugador, segundo se nota que sabe de fútbol, tercero ya ha entrenado a algunos equipos y lo más importante, a pesar de tratar de sacarle la presión a los jugadores con su verso, tiene autocrítica. Ahora en los resultados y en la cancha, no está tan lejos del taimado estratega de pelo planchado, todo esto tiene al ex delantero pendiendo de un hilo en su puesto.

Llegó tarde debido al mal manejo de la dirigencia con el “Coto” y alcanzó a pedir algunos refuerzos de su gusto, generó un ambiente que llenó los entrenamientos y el Monumental en sus primeros encuentros. Con Unión se perdió, pero gustó, con Audax no gustó tanto, pero ganó. Luego empezó el mar de dudas, la caída en el monumental con el recién ascendido, el trabajado empate con los mismos Acereros que confirmó las fallas defensivas, nueva derrota en casa de parte del líder del campeonato, nuevo empate picando desde atrás en el norte y lo último fue el partido contra Wanderers que inició esta senda de tres partidos que según la prensa, para el directorio de la concesionaria, definirían el futuro de Guede. La Copa Chile, después del desempeño en el torneo, es lo único que le queda y no es menor el premio de consuelo, ya que se puede clasificar a la Libertadores del próximo año y así mantener la puerta abierta a ese gran anhelo que es volver a levantar la copa más importante del continente y ser campeón en el torneo más difícil del mundo.

En el CAP nuevamente nos llenamos de errores y se perdió claramente, en la vuelta Colo-Colo demostró el alza futbolística y por fin pudo concretar sus oportunidades logrando el primer triunfo de Pablo Guede en el monumental, al parecer el trabajo está empezando a hacer efecto y no habrá que seguir probando cábalas, plantas, numerología, ropas y cambios de banca que tan malos recuerdos nos trae. Por fin fue un error del rival el que ayudó a abrir la cuenta y ni hablar de las postales de los dos siguientes goles. Definición de alta calidad de parte de un chiquillo que le queda todo por recorrer, mientras la gente alentaba el pronto ingreso de Paredes sale esa joya de gol y que mejor que salir ovacionado con un sentido abrazo del experimentado ariete. Luego el gol de Esteban celebrado con su hijo, a esa altura todo era fiesta y sacada de mufa. Para variar y como dijeron por ahí, al parecer con Guede si no se sufre no vale, el gol del descuento pudo abrir miedos y traer fantasmas, pero no porque era el momento de este equipo.

Con la tranquilidad del triunfo un amigo me postea un video de un recuerdo en Facebook. Un veintisiete de septiembre hace siete años en el codo norte del Estadio, saltando al ritmo de la Bandita de Arellano y el “Salta la Garra Blanca descontrolada”, Tocalli en la banca con una mala racha y en la cuerda floja, golazo de Miralles para ganarle a Ñublense y esperar con un poco de tranquilidad al archirrival que fue derrotado por la cuenta mínima en la siguiente fecha. Ese año fuimos a Santa Laura y celebramos una vuelta olímpica con un estadio casi vacío. ¿Será un deja vú? Yo sé que es difícil campeonar, pero con que se gane el fin de semana, se enriele el camino y ojalá llegar lo más lejos en la copa me conformo.