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COLUMNA | Paternidad Monumental

Autor | Freddy Gálvez Follow @FreddyGalvez

16 años. Aunque el tango diga que 20 años no es nada, 16 años en el fútbol es mucho tiempo. Ese es el tiempo que la U no vence en su Estadio, el Monumental David Arellano, a Colo Colo. El último triunfo azul se remota a ese lejano 9 de septiembre del 2001. Mucho tiempo. Piense usted, que Martín Rodríguez, la figura del clásico del pasado domingo, tenía apenas 7 años para aquella fecha. Cuando uno se pone a pensar que estaba haciendo en el 2001, se da cuenta de lo larga de esta histórica racha futbolera en la cual Colo Colo ha sometido a la U.
De todas formas, independiente de que la racha comenzara formalmente con un pálido empate a cero en el año 2002, con un Colo Colo en la quiebra y un palo de Nacho Quintero como únicos recuerdos de un partido más bien plano, creo que la racha empieza a tomar forma, mística y la dimensión que tiene en la actualidad, tanto para colocolinos y azules, el año 2011.
Ese año lo recuerdo muy bien. 2011, la U de Sampaoli, quizás la mejor U de la historia. Venían de ganarle y golear a Flamengo de visita, y unos meses después se coronarían campeones de la Sudamericana. Por su parte Colo Colo venía muy mal, goleado en el campeonato nacional por Católica 4 a 0 y por La Serena por el mismo marcador (Si leyó bien, La Serena ese año le ganó 4 a 0 a Colo Colo). O sea, uno de los peores Colo Colo de los últimos años. Sacando cuentas y con un mínimo de sentido futbolístico la conclusión era una solo: somos “boleta” segura, pero segura. Así llegaban Colo Colo y la U a ese partido.
Y llego el día del partido. Un soleado día de primavera del 2011. A pesar del inmenso favoritismo de la U, la gente de Colo Colo llenó el Monumental, el hincha confía en su equipo de todas formas, algo habrá que hacer decía uno en su fuero interno. Pero al minuto cobran penal para la U, de Vilches sobre Vargas. Gol, 1 a 0 para el cuadro azul. Si en el pronóstico previo éramos “boleta”, imagínense perdiendo desde los primeros minutos. Pero no, a partir de ahí Colo Colo, a punta de garra, “zapatería” (fue un partido de mucha pierna fuerte) y algo de fútbol emparejó el partido. Increíblemente este deslucido Colo Colo estaba de tú a tú con la U de Sampaoli. Y el partido seguía parejo, incluso con Colo Colo acercándose más al arco de la U. Y en eso estaban cuando Aranguiz (el Gran Príncipe, lo digo en serio, sin sarcasmos, es un Bicampeón de América) comete un error infantil y agrede a un rival. Expulsado. Un error que gráfica el peso que significa para los jugadores de la U jugar en el Monumental. Errores como ese se han repetido muchas veces durante estos 16 años. Colo Colo aprovechó el momento y después de seguir dominando empató de penal cuando ya el primer tiempo se iba. Más encima en la jugada del penal, también expulsan a otro jugador de la U (Osvaldo González) por una descalificadora falta sobre el Pájaro Gutiérrez. El segundo tiempo de 9 contra 11 obviamente fue otro partido, ya Colo Colo dominaba a su merced y logro ponerse 2 a 1. Minutos después expulsan a otro jugador, esta vez de Colo Colo y la cosa quedaba 9 contra 10. Ahí la U tuvo un segundo aire y a pesar de la inferioridad numérica empató de forma increíble en el último minuto, con el recordado autogol de Molina. Como pueden ver paso de todo, fue un clásico muy peleado. Se quedó con la amarga sensación de que te empataran en el último minuto pero también quedo otra sensación en el aire: A pesar de como venían los equipos, de la evidente inferioridad de Colo Colo, los emparejamos y se mantuvo el invicto. Se empezó hablar de que se cumplían 10 años del último triunfo de la U y que ellos no podían ganar en el Monumental, que les costaba, que bajaban su nivel. Quedo la sensación que el equipo supo defender la localía, cómo sea pero la defendió, y no solo con superioridad numérica, 11 y 11 el partido fue parejo, y las expulsiones de los jugadores de la U fueron errores que reflejaban de alguna forma su propio nerviosismo. El equipo saco una mística que no se le había visto en todo el año, quedo esa sensación de que el invicto en Pedreros se tenía que defender, eran 10 años de paternidad.
Al año siguiente vendría otra prueba de fuego, con la misma U de Sampaoli, año 2012. La U semifinalista de la Libertadores, Colo Colo de mal en peor con un técnico despedido y un itinerato de Luis Pérez. Así llegamos otra vez al Monumental, con otro condimento extra: Esta U había goleado a este débil Colo Colo 5 a 0 pero en el Nacional. Otra prueba difícil para defender el Monumental. Partido parejo y aparece ya el mítico gol de Paredes a Herrera para poner el 1 a 0 (Creo que el tatuaje que se hizo Paredes de ese gol refleja eso, defender el Monumental en los peores momentos del club). Y nos expulsan a Ormeño y nos quedamos con 10. Empato la U? no, gol de Colo Colo, Rabello puso el 2-0 después de una notable jugada y asistencia de Paredes. Y después otro expulsado, nada más ni nada menos que Paredes. Colo Colo con 9. Bueno aquí pensamos hasta aquí nomás llegamos. 11 contra 9. Once jugadores de la U de Sampaoli y 9 contra unos de los peores Colo Colo de los últimos tiempos. Pero increíblemente la U de Sampaoli jugó pésimo y Colo jugo su mejor partido del año. Triunfo colocolino 2 a 0. Ahí en la euforia del triunfo, nos tomamos unos segundos de silencio y dijimos: “Si estos no nos ganaron ahora no nos ganan nunca más acá en nuestra casa”
Y así nomás fue. La paternidad se ha ampliado hasta este 2016 y se cumplen 16 años. Le volvimos a ganar a Sampaoli el 2012, les ganamos el 2013, volvimos hacerlo el 2014, repetimos la dosis el 2015 y lo volvimos hacer el 2016. O sea, por aquí han pasados jugadores y equipos buenos, extraordinarios, malos y pésimos, de lado y lado. Pero el resultado siempre fue el mismo. Colo Colo no pierde, estos no nos ganan nunca más. Esto es simplemente una Paternidad Monumental.

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