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|DESDE ESPAÑA CON AMOR| Regateando al tiempo

Autor | José Luis Pena Follow @QuincyChile

Al pueblo albo que cabalga entre sueños, esperanzas, sinsabores, ilusiones, quebrantos de corazón, sobresaltos y pulsaciones al límite.

A quienes escriben en la libertad que nos otorga @SomosChileRadio y @DaleAlbo para expresar con letras un mundo de pasión y orgullo por pertenecer al club más grande de Chile.

Para aquellas personas tolerantes, sinceras y arraigadas en el confort que comporta el respeto por otros colores y otras formas de sentir, sin la necesidad de buscar batallas inútiles ni confrontaciones indeseables.

Por quienes desde su apoyo y consideración tienen a bien seguirme semana tras semana en busca de emociones fuertes, con la esperanza intacta de que en una de estas me dé por ser breve y conciso.

Gracias por encontrarse tan cerca, sintiendo desde la distancia vuestro aliento y palabras de ánimo. Porque si os soy sincero debo reconocer que me siento un privilegiado al notar, percibir y vislumbrar que entre tod@s construimos cada semana un mundo mágico presidido, como no podía ser de otra forma, por un pedestal forjado de amor, respeto y amistad.

Vayamos al grano, estimad@s. La razón de ser de esta columna tiene un nombre propio. Atiende por @perrobobo0420. Escribe como columnista refutado en el mismo universo que lo hago yo, bajo el epígrafe “Desde el sillón”.

A este buen amigo y colega en la distancia le dio por redactar la semana pasada un trabajo al que tituló  <Egoísmo de selección> . En dicho artículo hacía mención a la contrariedad que suponía para él la llamada del seleccionador nacional, Juan Antonio Pizzi, de nuestro ángel de la guarda e ídolo por méritos propios, Don Esteban Efraín Paredes Quintanilla.

Dicha crónica, expresada sucintamente (que lejos de mi mundo), dejaba bien a las claras su malestar por la convocatoria llevada a cabo por nuestro seleccionador (Chile es parte de mí), al mismo tiempo que, de forma empática, se metía en la piel de nuestro goleador y se alegraba de su presencia en la selección nacional.  

Como todo trabajo que manifieste una idea y/o pensamiento propios, es susceptible de críticas, pero siempre dentro de ese marco incomparable que es la libertad de expresión y el afán por construir puentes de comunicación libres y sinceros, donde la censura descanse en paz y brille con luz propia la pluralidad de criterios.

No es mi caso criticar un trabajo estimo escrito con el corazón (y encima por un amigo) que refleja el sentir de muchas otras personas. Valoro el esfuerzo y la sinceridad de quien puso toda la carne en el asador para hacernos saber su forma de enfocar un tema que para nada es pueril ni banal.

Lo cierto es que el concluyente discurso de @perrobobo0420 me hizo pensar en una serie de cosas surgidas tras leer y releer a mi colega. Cosas que implican a nuestro flamante capitán y a quien en tiempos convulsos y de esperanza dirige los designios de La Roja.

¿ESTOY DE ACUERDO CON LA LLAMADA DE PAREDES A LA SELECCIÓN?

Voy a ser claro y rotundo en mi autorespuesta. No. Puedo tener mil razones a la hora de discrepar con Juan Antonio Pizzi y sus razonamientos del por qué se acordó ahora de Esteban Paredes. Puede que en el fondo piense exactamente lo mismo que mi compañero de letras, que es Colo-Colo quien más lo necesite ahora que se acerca la hora de la verdad.

Cierto es que tendemos a mirar con demasiada frecuencia el carné de identidad de quienes defienden nuestros colores (yo el primero), dando por hecho una serie de circunstancias que luego la realidad desmiente con descaro.

Tal vez sea debido (o no) a que en su día yo preparaba porteros en edad infantil de mi fijación por esa sabia nueva que dé nuevos impulsos a este invento llamado fútbol. Puede ocurrir también que en mi subconsciente se hayan quedado grabadas las imágenes de grandes jugadores que llegado cierto momento se dedicaron a arrastrarse por esos campos de Dios, una vez las fuerzas dieron fin a su recorrido.  

Sea cual sea la última razón que me impulsa a mirar de manera casi permanente las fechas de nacimiento de cuantos asoman sus vidas en Colo-Colo, lo cierto, paradojas de la vida, es que luego vienen un tal Justo Villar y un señor llamado Esteban Paredes para demostrarte lo perjudicial que resulta, en ciertas ocasiones, prejuzgar a un jugador de fútbol por la edad que tiene.

Tod@s sabemos que nadie es eterno en esto de practicar el balompié. Otra cosa es el estatus de eternidad que se alcance una vez retirado de este mundo. Jugadores hay muchos. A millares. Leyendas (vivas o no) solo lo consiguen un puñado reducido.  

¿RAZONES A ESTE NO?      

Yo, como @perrobobo0420, tengo el don de ponerme en el pellejo de Esteban Paredes y saber la ilusión con la que acudirá a defender los colores de Chile. Pero si hay algo en toda esta historia que me repatea es el oportunismo mostrado por un seleccionador nacional acorralado y señalado últimamente, en un mundo, el del fútbol, que no entiende de triunfos pasados ni de momentos de gloria recientes.

Fue justo después de leer la columna <Egoísmo de selección> cuando respondí abiertamente sobre mi opinión contraria a la convocatoria de quien mejor baila la danza del gol. Utilicé la ética para dar mi posicionamiento. Pizzi es consciente del revuelo montado tras reclamar los servicios de un jugador que está viviendo su segunda o tercera juventud, pero seguro se convertirá en una pieza testimonial tanto en tierras colombianas como en el siguiente partido ejerciendo de locales ante Uruguay.  

Que llame a un jugador de 36 años puede resultar llamativo y sirva para cubrir bajas o carencias, pero les apuesto (y eso que yo no soy de apostar) que, si finalmente se logra el objetivo de acudir al mundial de Rusia’ 2018, el bueno de Esteban Paredes ni aparecerá en la prenónima mundialista. Cuando la cita de comienzo, “Visogol” estaría a días de cumplir 38 primaveras y, salvo raras excepciones, las selecciones se nutren más de jóvenes promesas que de jugadores ya entrados en años.

¿UN NUEVO ROGER MILLA?

Ojalá se repitiese la historia del gran jugador camerunés Roger Milla. Para los más jóvenes y que muy posiblemente no sepáis de quien os hablo, os haré una pequeña reseña histórica. Dicho jugador disputó el mundial de Italia’ 1990 cuando portaba a sus espaldas 38 años. Marcó cuatro goles que condujeron a su selección a los cuartos de final de aquel mundial.

De forma sorpresiva fue requeridos sus servicios para la Copa del Mundo de Estados Unidos’ 1994, con 42 años. Camerún se quedó lejos se sus objetivos pero el abuelo logró transformar un gol ante Rusia, convirtiéndolo en el jugador más longevo en marcar un gol en un mundial.  Todavía nadie ha sido capaz de arrebatarle tal honor.

Roger Milla hizo su carrera profesional en su país de origen y Francia, país cuyo campeonato liguero no se encuentra entre los cuatro mejores torneos de Europa. Antes están, por nivel competitivo y calidad de los equipos, ligas como la alemana, española, inglesa e italiana (por orden alfabético), pudiendo estar emparejada con Holanda o Rusia.

Por tanto su exigencia era menor y el consiguiente desgaste físico y emocional también. En cambio, Esteban Paredes, renacido y revitalizado en este Apertura’ 2016, se enfrenta a una serie de batallas que van a exigirle, y mucho, unos aires de frescura que tendrá que suplir gracias a la experiencia adquirida.

Nuestro hombre en Macul se está viendo inmerso en un campeonato chileno que destila un alto voltaje dado la igualdad reinante. Para más inri juega en el equipo que más estrellas de campeón luce en su pecho, con la lógica y normal tensión que ello comporta. Se volvió trascendental hasta tal punto que le es imposible volverse invisible o tomarse algún respiro que otro.  

Lucha porque la estrella 32 ilumine nuestro firmamento. Estará peleando por Copa Chile. Ahora es seleccionado y el año venidero tocará fajarse en algún torneo internacional de clubes. Y a todo esto añadamos un posible reclutamiento por Chile para más eliminatorias si las cosas le salen bien, sin olvidar que la Copa Confederaciones se encuentra a la vuelta de la esquina y con posibilidades de tener su chance. Casi nada.

EL TIEMPO NO PASA EN BALDE

Si bien comenté que de una manera mecánica suelo mirar la fecha de nacimiento de los jugadores, también es bien cierto que el tiempo suavizó esa percepción negativa hacia quienes superaron la barrera de los 33 años. En el caso de los porteros el límite los establecí más allá de esta edad siguiendo los patrones que en su día establecieron arqueros míticos como el italiano Dino Zoff (retirado con 41 años), el norirlandés Pat Jennings (40) o el alemán Oliver Kahn (39), por citar solo unos pocos.  

Los referentes actuales de guardametas que sobrepasan los 38 años son el paraguayo y colocolino Justo Villar (39) y el italiano incombustible Gianluigi Buffon (38) y dispuesto a guerrear hasta en mundial de Rusia’ 2018.

En un jugador de campo las cosas cambian y los periodos de longevidad se ven reducidos en comparación con quienes ejercen de porteros. Aun admitiendo que los tiempos cambiaron y que a los 31 un futbolista ya no tiene que ser considerado una vieja gloria, no es menos cierto que alcanzada dicha edad las dosificaciones han de ir en aumento.

Factores determinantes como la velocidad, la explosividad y el aguante físico tienden a mermar de manera considerable. Dichas carencias se ven suplidas por la sabiduría adquirida a la hora de manejar los tiempos de un partido, de establecer periodos de control máximo en el esfuerzo exigido y aportando la experiencia como aval. Todo ello con la atenta mirada puesta en calcular los riesgos de lesiones, sobre todo las de carácter muscular.

El tiempo pareciera no pasar por Esteban Paredes. Entre cuidados personales, que las lesiones le respetan y un técnico, Pablo Guede, que nada más llegar dijo que para él tenía un plan específico de trabajo, más claro está, la entrega y calidad que el capitán atesoran, están obrando el milagro.

Milagro espero y deseo no rompa una saturación de partidos sumamente importantes que le esperan de ahora en adelante. Como socio de Colo-Colo me siento orgulloso de que cualquier jugador sea llamado a participar activamente en La Roja. Aquí aúno mis dos grandes pasiones futboleras. Innegociables. Cuyos recorridos van a la par. Sus victorias saben a gloria y de sus derrotas nacen el desconsuelo y esas lágrimas amargas que enturbian el presente.

Que el hoy de Esteban Efraín Paredes Quintanilla no se vea afeado ni truncado por un sobreesfuerzo. Ya no es el chiquillo de antes y entró en edad de reservar fuerzas y energías ante un futuro inmediato cargado de altos niveles de exigencia.  

Ahora que en Colo-Colo se estableció una especie de “paredesdependencia”, no creo que sea hora de ir sumando deberes extras. Porque si el triple duelo ante Universidad Católica van a ser partidos de alta carga explosiva, ni les cuento lo que nos espera ante Colombia y Uruguay.   

De mis miedos soy responsable yo. De mis recelos también. Miedos y recelos provenientes de las experiencias vividas y de mi afán por observarlo todo. Con 24 años (dejo claro que no estoy pensando en nadie en concreto) lo normal es regatear el presente para inundar el hoy de futuro. Con 36 cada “dribling”, cada pase de gol, cada galopada por la cancha supone rebuscar en un presente con vistas a un mañana con tintes de caducidad.    

FUERZA ALBA / FUERZA CHILE    

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