Huachipato 2-2 Colo-Colo, el heroíco empate que le dio el ‘tricampeonato’ al Cacique en 2007
Penúltimo partido del Apertura 2007 y con la presión de Universidad Católica, Colo-Colo salió a mantener la punta un 10 de junio hace ya nueve años. Expulsados, patadas, goles anulados y un empate agónico, hicieron que este encuentro quedara marcado para siempre en la retina de los hinchas albos.
“El más grande. Por su hinchada, por su equipo y por su historia”, se leía en una bandera gigante que cubrió las dos bandejas del Municipal de Concepción. Aquella tarde de invierno en el sur, el Cacique –de la mano de Humberto y Moisés- demostró una vez más que cuenta con un temple de acero.

A una fecha del final, Católica era escolta del Eterno Campeón (sí, los cruzados estaban segundos), seguido por Audax Italiano. Ambos equipos habían ganado sus respectivos encuentros de aquella penúltima fecha. Antes de comenzar el encuentro frente a Huachipato, Colo-Colo y el equipo de la franja estaban igualados en puntos (43 cada uno).
Como si no fuera suficiente, los albos no tenían técnico, debido a una suspensión a Claudio Borghi, por lo que Cristián Saavedra dirigió en su reemplazo.
Llegadas las 16:00 horas de aquel domingo 10 de junio, el Campeón saltó a la cancha bajo una ovación de pie, papel picado, banderas y humo blanco. El optimismo estaba por las nubes y todos los colocolinos pensaban que el partido se ganaba.
Colo-Colo buscaba y buscaba, pero no podía. Arturo Vidal y Gonzalo Fierro intentaban desbordar, pero el cerrojo acerero estaba bien parado y ni siquiera el goleador del torneo, Humberto Suazo, podía generar algún peligro.
Dicen por ahí que “si no se sufre, no vale”, por eso a los 36 minutos del primer tiempo, David Henríquez y Luis Mena fallaron en la marca y vieron como José Contreras conectaba un centro desde la derecha, y con certero cabezazo derrotaba al “Terremoto” Cejas.
Los pocos hinchas de la usina que lograron conseguir una entrada ese día festejaban, por su parte los colocolinos no perdían la ilusión.
Pablo Pozo hacía sonar su silbato y el segundo tiempo hacía reanudar el encuentro, Colo-Colo a la carga y Huachipato que quería aguar la fiesta.
Minuto 50´ y un joven muchacho de Tocopilla remató desde fuera del área. Alexis Sánchez con su remate, hizo que el “Tigre Muñoz” –el mismo que jugaría en Colo-Colo al año siguiente- diera un largo rebote que Gonzalo Fierro envió al fondo de las redes.
Algarabía y explosión en la Garra Blanca, pero que el juez Pozo apagaría inmediatamente al no convalidar el tanto por posición adelantada. Gol mal anulado que le quitaba el empate al Cacique y solo le entregaba nerviosismo.
Cuenta la historia que el equipo de Talcahuano tenía un ex Universidad de Chile entre sus filas, un delantero de nombre Renzo Yáñez que no hacía muchos goles, pero cuando convertía marcaba contra el Popular.
Esa tarde Sebastián Cejas le haría honor a su apodo. Una mala salida tras un buen envío filtrado de la “Liebre” Riveros, encontró la cabeza de Yáñez, quién chocando contra todos ponía el 2-0 y alargaba la distancia. Cuando ya nada podía ser peor, la cosa se ponía más difícil.

Ese segundo gol acerero fue justo lo que Colo-Colo necesitaba. Fue el punto de inflexión, fue la sacudida necesaria, para que los dirigidos de Borghi se dieran cuenta que el campeonato se estaba escapando de las manos. La reacción fue sensacional, simplemente de otro partido. Giovanní Hernández comenzó a tocar, Edinson Giménez (ya sabemos que usted no lo recuerda) logró hacer algo (no sabemos que) y Humberto hizo lo que él sabía mejor: “Pensar donde nadie lo hace.
En dos jugadas cambió todo. Minuto 79´ y un centro que se le coló a la defensa de Huachipato no fue conectado por Humberto Suazo, pero heroicamente Moisés Fermín Villarroel Ayala logró rematar aquella pelota de manera rasante y potente. 2-1 y la gente comenzó a alentar, todos sabían que el milagro era posible.
80´minutos de juego marcaba el reloj y Diego Ruíz, el tanque acerero, empujó con alevosía al capitán David Henríquez y se ganó una justa expulsión. Huachipato tendría que aguantar durante 10 minutos, con diez hombres, los embates de un “Indio” que venía picando de atrás.
Minuto 83´y el partido se volvía no apto para cardiacos, remate en el palo de Humberto Suazo y dos minutos más tarde, el pelado, estrellaría un tiro libre en la barrera. El hombre del planeta gol solo estaba afinando la puntería.
Con la derrota de Colo-Colo, Universidad Católica seguía segundo en la tabla, pero con la oportunidad de no ser segundo en la fecha final. A tan solo dos minutos del epílogo los cruzados comenzaron a sellar un nuevo subcampeonato.
88´y Fierro logró lo que no había podido hacer en toda la tarde: Sacar un centro. Humberto Suazo, el goleador de San Antonio, cabeceó de manera perfecta, entre tres defensas de Huachipato y empató el partido, colocando a los albos como únicos punteros del Apertura 2007 con un punto de ventaja.
“Uno que no falla. Ser fuerte, es su fuerte”, relataba Claudio Palma y agregaba, “Humberto, el que había estado medio ausente durante todo el partido, mete una cabeza que puede significar el título 26”.
Collao estalló en alegría ante tal demostración de ganas y coraje.
Colo-Colo ganaría el título a la semana siguiente, pero en aquella tarde de junio de 2007, ni Huachipato ni Católica olvidarían lo que significa esa frase que dice “De atrás pica el Indio”.
Prensafutbol
Autor | Diego Jorquera
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