|COLUMNA| Preparados para cualquier resultado
Autor | Javier Contreras Follow @JavierSaCoPe
Muchos salieron a hablar el domingo después del partido, lamentablemente no fueron los jugadores y más encima Guede habló muy poquito dejando la crítica para la interna. Los que si hablaron fueron los opinólogos de la internet, que al igual que en el empate frente a Huachipato, muchos pidieron la cabeza del versero entrenador, también salieron a criticar a jugadores y casi que empezaron a dar por perdido el campeonato.
La verdad es que yo no entendía mucho el planteamiento antes del partido, pensé que quizás en la mente de don Pablo se auguraba un partido de golpe por golpe, saltando el medio campo, imponiendo velocidad arriba y por sobretodo poder de gol al poner a sus cuatro nueves en cancha. No había que ser Guardiola para prever que Colo-Colo iba a estar partido en dos, con cinco arriba que eran los tres nueves por el centro más los dos extremos que han jugado de delanteros alguna vez también, y cinco abajo con los tres centrales más los dos contenciones. Para peor, y entendiendo de alguna manera a los que vomitan su crítica por las redes, Iquique salió a jugar a lo que sabe. No por nada esta bien arriba en la tabla acumulada y después del triunfo quedó puntero de este torneo corto, el equipo nortino salió a generar juego, martillar a las espaldas de morales cargándole la mano a Fierro, buscó la refriega en el medio y la simplicidad en el fondo. Por otro lado el Cacique jugaba al misterio, o como han dicho muchos, a la apuesta ciega de un esquema que no se había probado antes, para sorpresa mía y casi dándole créditos a nuestro entrenador, en una de las primeras que luchó por el costado el juvenil Morales, deja un rebote donde Rivero se reencontró con las redes. Así nos quedábamos con la punta solitaria gracias a una apuesta del entrenador donde se jugaba al absurdo, más aún pensando en las dos semanas de paráte que habían tenido para preparar este importante match. Por un momento sentí que el entrenador miraba bajo el agua y leía el partido como nadie más podía hacerlo, la verdad que fueron segundos porque Iquique mantenía el dominio y generaba las más peligrosas en el arco de un Garcés que demostraba como influyeron las palabras del DT en la semana. El empate se veía venir, pero nadie pensaba que iba a nacer de una locura del arquero, que unas jugadas atrás había pateado a un delantero en una salida atarantada, el apuro en la salida lo corona con un autogol del rebote en la nuca que genera una volada imposible que Villar nunca se hubiese tirado. Triste por el arquero que debería ser el titular de aquí al fin de temporada. Algo se mejoró al final del primer tiempo, pero el comienzo del segundo demostró que los celestes eran los mejores armados para tomar la punta, hace rato que los Albos no la pasaban tan mal en defensa. Iquique logró la ventaja merecida y en un retorno al libreto sabido por los de Macul, gracias a los cambios, se llegó al empate que valía oro y además nos daba esperanzas para un repunte con remontada. Nada de eso porque la justicia se impuso en cancha y los dragones lograron quedarse con la ventaja, además de matar el partido con una sobriedad en su juvenil arquero que ya nos la quisiéramos.
Tristeza, rabia, desazón y otros sentimientos oscuros que crecen con la sesgada crítica de los hinchas que se hicieron colocolinos por su triunfalismo más que por amor a los colores y la filosofía de Arellano. No respetan procesos, ni jugadores, menos la actualidad que nos tiene segundos y ad portas del clásico rival. Este momento no es el de destruir, si no el de apoyar con más fuerza.¡Vamos a desterrar el egoísmo!
