|COLUMNA| Fumigando por los campos de Macul
DESDE ESPAÑA CON AMOR
Autor | Jose Luis Pena Follow @QuincyChile
Vuelvo a Colo-Colo. Tras una serie de columnas donde el protagonismo recayó en viajar por más de medio mundo en busca de selecciones de fútbol donde el recuerdo y la memoria se oxidaron, es hora de regresar a nuestra casa mucho antes de lo deseado.
No era mi intención primera abordar ciertos aspectos del Cacique cuando apenas el equipo empezó la pretemporada, pero movido por las urgencias de un Colo-Colo que genera noticias donde no las debiera haber, me siento en la obligación de analizar, escrutar y meditar sobre hechos y situaciones del hoy más rabioso, y a veces doloroso, que sacuden y zarandean a los eternos espíritus albos, que sin quererlo ni beberlo, ven impotentes (como yo) el desmembramiento de unos valores en los cuales nos apoyamos.
Querida familia alba que se arremolina en torno a algo más que un club deportivo; a mi gente de @SomosChileRadio y @DaleAlbo; a cuant@s observan desde su parcialidad cuanto les escribo y mantienen un fiel respeto; a esa columna de seguidor@s cuyo peso de mis trabajos ni les aplasta ni les ahoga:
Toca caminar por el presente albo. Las noticias se agolpan. Noticias que hablan más en términos negativos que positivos. Y todas ellas con el denominador en común del desasosiego que la parroquia del eterno campeón está sufriendo por culpa de unos dirigentes que siguen dando la espalda a una afición que mira incrédula cuanto acontece en nuestro equipo.
Está columna tendrá nombres propios. Será dura en algunos momentos. En otros apelaré al sentimentalismo, que no está reñido con la verdad y al mismo tiempo intentaré bucear con sumo cuidado cuando entre a observar ciertos movimientos en la plantilla.
ROMPIENDO ESQUEMAS
Los máximos dirigentes del club nos han advertido que con las incorporaciones de Óscar Opazo, Nicolás Maturana, Agustín Orión y Jorge Valdivia, el cupo de incorporaciones está cubierto. No les hagan caso. Puede que el “efecto Villar” traiga consigo nuevos recambios, por una sencilla cuestión: la llegada del “Mago” Valdivia como única estrella reconocible igual invalida dicho pronunciamiento. Sumemos también que antes o después se acometerá el aligeramiento del plantel.
Las cosas se torcieron desde un primer instante. En cualquier equipo del mundo que se precie y respete las normas básicas de cómo funciona un club, el paso anterior a cualquier fichaje es dejar salir primero. Colo-Colo, en contra de todo criterio lógico y llevando la contraria al pragmatismo, empezó a contratar jugadores sin saber realmente del futuro de alguno de los presentes.
Sigo insistiendo, en ByN no saben contratar ni negociar cuanto a fichajes se refiere, pero es más penoso comprobar que sus supuestas dotes de vendedores suenan a charlatanería barata, donde se muestran indolentes a la hora de poner en el escaparate lo que ellos consideran puede ser rentable transferir. Siempre están a la espera de ofertas mareantes que nunca llegan de Qatar, Europa, México o las islas Caimán. Y mientras aguardan sentados en su sillón los réditos de unas ventas por llegar, engordando una plantilla sobrepasada en cuanto a números de efectivos se refiere.
En el fútbol -a l igual que en la vida – las prisas son malas compañeras de viaje, pero también lo son la parsimonia y el dejarse llevar. Un equipo de fútbol nunca debe regenerarse empezando la casa por el tejado. La caída puede ser brutal. No saber a estas horas el destino de ciertos jugadores es llamar a viva voz al desastre. Dejar pasar el tiempo en espera de que alguien de fuera te solucione la papeleta, es cuanto menos insensato.
Desde mi punto de vista falta cintura en quienes ostentan el poder de hacer y deshacer el vestuario. Y luego llegan los atropellos. Se compra mal y se vende peor. Claro ejemplo lo encontramos en las adquisiciones realizadas en los últimos años. El colombiano Javier Reina, el argentino Martín Tonso, el nacionalizado Ramón Fernández, o los nacionales Valber Huerta, Michael Ríos, más el caso sangrante de Mark González son muestras más que evidentes de un mal funcionamiento en cuanto a planificación deportiva se refiere.
El ya denostado José Luis “Coto” Sierra nos advertía un 28 de diciembre de 2015 de algo que acabó por pasarle factura. Ese día, ante los medios de comunicación proclamó:”no podemos equivocarnos en los refuerzos.” Pero en Colo-Colo, salvo honrosas excepciones, ha predominado más el error que el acierto, de ahí que la colonia de hinchas alb@s no lo tenga del todo claro con los nuevos refuerzos de cara al Torneo de Transición 2017.
REFUERZOS
(Óscar Opazo)
Defensa de 26 años procedente de Santiago Wanderers, único equipo en el cual ha desarrollado su carrera deportiva. Es un típico caso de jugador de club que finalmente logra dar un salto cualitativo y cuantitativo en el fútbol profesional.
En un principio no parece una mala contratación. En Valparaíso fue ascendiendo progresivamente desde que entrara con 17 años a formar parte de la cantera del cuadro caturro. Tiene un largo recorrido que mostrar. Los 215 partidos disputados, incluidos tres goles, le avalan como un jugador experto, pero, aquí le encuentro uno de sus inconvenientes, al no ser lo mismo (con todos mis respetos) defender la camiseta de Santiago Wanderers que la del indio en el pecho. Elástica, por otro lado, propicia a dar más de un disgusto a jugadores que creyeron poder con el peso y la historia de dicha prenda.
No es mi propósito poner piedras en las ruedas de Óscar Opazo, pero su inexperiencia internacional puede ser un hándicap a tener en cuenta en futuras competiciones continentales. Lejos de la selección chilena, a pesar de su buena “China Cup 2017”, es en Colo-Colo donde seguramente pueda ser visto fuera de las fronteras chilenas. En Santiago Wanderers su registro se reduce a tan sólo dos partidos en la Copa Sudamericana disputada en 2015. Poco recorrido para un jugador de 26 años donde la experiencia es vital en torneos donde el rival de uno es uno mismo.
Esperemos un Óscar Opazo al que la responsabilidad no le llegue a asfixiar y dé en Colo-Colo todo lo bueno que tiene, pero advertidos estamos. No sería el primer caso de un futbolista proveniente de un equipo de perfil más bajo y muere mucho antes de alcanzar la orilla cuando los aires de Macul se vuelven rancios y densos.
(Nicolás Maturana)
23 años le contemplan, dato éste significativo, como podrán comprobar más adelante. Estamos ante esa especie de jugador que no terminan de echar raíces y a cada temporada nueva toca hacer trasbordo. Hombre nacido para la práctica del fútbol en Universidad de Chile, sus inicios no fueron los ideales. En el cuadro azul su estancia se convirtió en un constante ir y venir. De hecho, en un periodo de tiempo relativamente corto el paso por la cancha del Nacional se haya fraccionado en tres “olas” y tres “adioses”.
Arrancó en 2011 para ir cedido de manera consecutiva a Rangers de Talca (2012) y AC Barnechea (2013) y regresar a su cuna de origen un año más tarde. Sus prestaciones a lo largo de ese año 2014 no debieron convencer del todo al cuadro técnico azul, de ahí que emprendiese un frenético viaje en donde buscar acomodo definitivo.
Vistió la zamarra de Deportes Iquique y AC Barnechea en el mismo año (2014). Al año siguiente dio el salto tan deseado por cualquier jugador chileno, ser contratado por un conjunto español. La experiencia no dio los frutos deseados y tuvo que regresar a Chile, tras no triunfar en el CD Alcoyano, donde tan sólo disputó cinco partidos de liga en una categoría muy alejada de la élite. Su vuelta la realizó al CD Palestino, donde pareció asentarse al estar las temporadas 2015 y 2016 sin moverse del sitio. Falsa percepción. En 2016 fue llamado a filas por el equipo que le vio nacer futbolísticamente pero el idilio duró lo que dura un caramelo en la puerta de un colegio.
Otra vez volvió a hacer las maletas y acudió al reclamo del fútbol mexicano, destino mayoritario y recurrente de quienes desean ampliar horizontes. Horizontes que en el Necaxa (2017) se achicaron tras sumar diez encuentros oficiales de liga y cuatro de copa. Su nueva casa ya es de tod@s conocida. Alguien llamó a su puerta en Colo-Colo, preparó el equipaje y tomando un avión rumbo a Chile pudo cumplir el sueño de su abuelo. El suyo lo desconozco.
¿Será este un periodo de estabilidad o por el contrario Nicolás Maturana volverá a contratar a alguien para hacerle la mudanza? A tenor de tanto viaje a ninguna parte se me antoja casi imposible una estadía larga por tierras de Macul. Y aquí intervienen dos factores a tener muy en cuenta. Uno hace mención específica al carácter de trotamundos que su carrera profesional ha adquirido, como queda demostrado en su currículum.
La interinidad provocada por futuros con fecha de caducidad muy cortos esta muy bien para quien desea convertir el fútbol en una especie de agencia de viajes, pero futbolísticamente hablando, tanto abrir y cerrar ventanas cada más o menos doce meses tiende a producir síntomas de desapego, donde todo resulta efímero, eventual y transitorio.
El segundo factor a analizar reside en la contratación propiamente dicha. Lo que a continuación voy a exponer son meras especulaciones propias de quien os escribe, no teniendo datos objetivos que puedan rubricar mi tesis. Aplico en este estudio mis dotes de observación e intuición desarrolladas a lo largo del tiempo. La distancia juega en mi contra, lo sé, pero ello no es óbice para lanzar al mundo y Chile algo que perfectamente podría estar sucediendo.
Estimo, aunque el grado de equivocación pueda ser elevado, la contratación de Nicolás Maturana sea en el fondo una maniobra del bloque de Aníbal Mosa para mantener al sector de Leónidas Vial contento. No me deja de sorprender que la llegada de este nuevo jugador se ajuste al perfil puramente mercantilista que presenta Vial y compañía, cuyo último fin consiste en contratar a jóvenes de entre 21 y 24 años, hacerlos crecer (como si fuera tan fácil) en Colo-Colo y luego venderlos una vez el caché del jugador haya aumentado.
¿Riesgos? Una docena y media y siendo optimista. Comprar un jugador para convertirlo en moneda de cambio para hacer caja en exclusiva es una tarea harto compleja cuyas consecuencias a corto y medio plazo es el desvinculamiento con cualquier forma de proyectar futuros esperanzadores. Hacer del fútbol un mero objeto especulativo, donde el corazón, los sentimientos y la esencia de permanencia se vean abocados a los dictados del mercado se asemeja más a plantar un árbol en medio del desierto (morirá seguro) que a crear un bosque donde el sol de mediodía no reseque la tierra.
Plantar y trasplantar empobrece el suelo a pisar. Es una técnica suicida al no dejar cuajar las raíces que endurecerán el terreno. Leónidas Vial nos propone sembrar parajes yermos con árboles frutales y una vez la cosecha dé sus frutos, vender al mejor postor, arrancar el frutal entero y volver a invertir lo conseguido. En tiempos donde tan pronto se establece una sequía duradera como que una trompa de agua anegue cuanto se cultivó, donde la esencia de durabilidad y anexión a unos colores van en función de los intereses espurios, es una locura que muy pocos equipos practican con asiduidad.
Con un recorrido que se me antoja escaso de 147 partidos entre los conjuntos anteriormente citados y un total de 19 tantos anotados, es de esperar que Nicolás Maturana la rompa definitivamente y de buenas tardes a Colo-Colo y su hinchada. En el aspecto internacional presenta un balance paupérrimo aunque algo mejor al de Opazo. Con la “U” disputó Copa Libertadores 2015 en cinco encuentros. Claro está que observando los equipos donde estuvo, tampoco se puede pedir más.
(Agustín Orión)
He aquí el hombre cuya misión importantísima en Colo-Colo consiste, a sus 35 años, en sustituir a Paulo Garcés, intentar sombrear a Álvaro Salazar y en haberse convertido en el actor involuntario de la marcha de Don Justo Villar.
Si su carrera como arquero (sigo preguntándome qué ha visto Pablo Guede en este hombre) es un compendio de irregularidades, es de esperar que al más mínimo error cometido la grada del Monumental David Arellano se le eche encima. Y aquí la culpa no la tendrá Agustín Orión, si no quien decidió traerlo. Mal precedente el establecido cuando se ficha a medianías que ya están de vuelta de todo y el margen de mejora individual queda reducido a cero.
Siguiendo con mi tónica didáctica os dejo el perfil de arquero que presenta Agustín Orión a través de su dilatada carrera deportiva. Los números no son precisamente para echar cohetes al cielo de Macul. Primero quedarán registrados los equipos por él defendidos. Luego el tiempo de permanencia, el de encuentros disputados y finalmente los goles encajados:
- -San Lorenzo de Almagro (2001-2009). 126 partidos y un balance negativo de -136;
- -Estudiantes de La Plata (2009-2011). 73 apariciones y -54;
- -Boca Juniors (2011-2016). 203 encuentros jugados con un -168;
- -Racing Club de Avellaneda (2016-2017). 29 envites y un -38 de goles recibidos.
El total de todos estos datos arroja un déficit complicado de asimilar por cualquier hincha. Tras disputar 431partidos en la élite del fútbol argentino, el número de veces que tuvo que adentrarse en su portería para recoger el esférico fue de 396 ocasiones. A todo esto sumemos los registros con su selección nacional. Ha disputado con la albiceleste tres partidos de carácter amistoso (dos en 2011 y uno en 2012) encajando otros tantos goles. Nunca participó en encuentros clasificatorios para una Copa del Mundo ni disputó Mundial alguno y su casillero se muestra virgen en cuanto a Copa América se refiere.
¿Un crack? ¿Un superdotado bajo los tres palos vendido por defensas de mantequilla? ¿Qué tiene de excelente alguien cuyas cifras hacen pensar en negativo más que en positivo? Es para reflexionar y tomar conciencia de en qué manos estamos. Porque seamos sinceros. No es conveniente prejuzgar en esto del fútbol, puesto que las sorpresas y los milagros pueden darse donde menos se espera, pero cuando este 26 de junio Agustín Orión haya cumplido 36 años, el aprendizaje y los hábitos de mejora son una pequeña quimera.
No es de esperar que en Colo-Colo vaya a explotar la estrella que lleva dentro si Pablo Guede decide darle la titularidad. Son más las dudas ocasionadas que el optimismo generado. Y con este panorama a las espaldas seguiremos soñando en conseguir algo grande.
(Jorge Valdivia)
De los muchos sueños que la hinchada alba tiene pendiente uno de ellos se hizo realidad. Volver a ver pisar el Monumental a las “viejas glorias” todavía en activo como Claudio Bravo, Arturo Vidal, Macnelly Torres, Lucas Barrios, Matías Fernández o el “Mago” Valdivia no es únicamente una cuestión de reencontrarse con el ayer. Va mucho más allá.
Si algo hay de peculiar entre la inmensa afición del eterno campeón es el guardar fielmente en la memoria a quienes se convirtieron en referentes en algún momento de un pasado reciente. A veces diera la imagen desde la distancia que la grada alba vive en muchas ocasiones del recuerdo, pero esta es una apreciación incorrecta. Pasa que los corazones albos son agradecidos y construyen ensoñaciones mentales para preservar a esos ídolos que una vez hicieron más grande a Colo-Colo.
Da igual el tiempo de permanencia en la institución o de cómo les fueran las cosas allende de Pedrero, que su recuerdo nunca se borrará y con el pensamiento puesto en vivir de nuevo junto a ellos aquellas tardes con sabor a fútbol. Y Jorge Valdivia, alias el “Mago”, reinventándose a sí mismo ante los encogidos y emocionados espíritus de quien jamás se da permiso de olvidar: nosotr@s.
No será fácil el reencuentro de Jorge Valdivia con el fútbol chileno, aunque su calidad pudiera servir de comodín para asentarse a las nuevas circunstancias. Viene de un fútbol distante y alejado de todo interés internacional. Estar durante dos temporadas en Emiratos Árabes Unidos defendiendo los colores del Al-Wahda diera la impresión de encontrarse en un retiro dorado. Tal vez fuese así, pero a sus 33 años el fútbol le regala la oportunidad de volver a imbuirse la camisola más bonita del mundo.
Abu Dabi no es Macul. Aquí millones de corazones vibrarán cada vez que toque un balón, de un último pase o habilite a un compañero. La mitad más uno de Chile y la “legión extranjera” que vivimos en Colo-Colo le observaremos con lupa. Esperamos mucho de él y de su magia pero deberá reciclarse a los nuevos aires que no le son del todo desconocidos.
Con Valdivia llegó la esperanza y un anhelo cumplido. Se ganó en prestaciones y Colo-Colo vuelve a ser el centro de atención. El tiempo dirá si toda esta inversión mereció la pena o no. Del “Mago” depende que los sueños salidos de su chistera no sean convertidos en terrores nocturnos. Mientras tanto, nosotr@s expectantes y con los cinco sentidos prestos para vivir nuevas emociones.
UNA DESPEDIDA DOLOROSA Y OTRA NO TANTO
Cuando en ByN deciden fumigar los campos de Macul la verdad es que ponen todo su empeño. Tal vez fuera un secreto a voces que Don Justo Villar tenía las horas contadas en Colo-Colo, pero un cosa muy diferente es cerrar los ojos y visionar un Transición con el guaraní totalmente recuperado y otra muy distinta desayunar con la noticia de su marcha.
La sensación última que perdura- al menos en mí- es una salida inmerecida y cargada de mala leche por mucho que nuestro DT echara balones fuera y un Aníbal Mosa intentando convencernos que la única solución posible era esa.
A Don Justo Villar lo despacharon por la puerta trasera se supone por un problema en el cupo de extranjeros. No se le hizo justicia por mucho que luego la concesionaria intentara amortiguar el golpe ocasionado a las bases albas dando la orden de mantener la recuperación del mejor arquero en tiempos en los campos de Macul.
Porque cuando hablo de justicia creo apelar a la razón. Si algún@ de ustedes tiene nociones de Derecho sabrán de la existencia de un mecanismo llamado “derecho comparado”, que si bien no viene al caso por no haber conflicto, sí me es recurrente para discernir las varas de medir en ByN. En el análisis de la situación vivida por Don Justo Villar siempre me viene a la cabeza el asunto Michael Ríos, quien fuera renovado estando lesionado. La culpa no es del jugador, ni mucho menos e incluso llegué a aplaudir dicha decisión.
¿Por qué a Ríos si y a Villar no? Me siento incrédulo ante los razonamientos lanzados por nuestro presidente. Se podía haber esperado a la evolución final en el proceso de recuperación máxime teniendo en cuenta que la portería alba ya estaba cubierta con Salazar y Orión. Pero no se hizo. Don Justo Villar fue convertido en un problema y nada mejor que sacar a los fumigadores para acabar con la plaga.
Tal vez sea un tozudo, lo sé, pero en mi comparativa entre los procesos llevados sobre ambos jugadores mi impresión final incide en el siguiente aspecto: Michael Ríos prosigue en Colo-Colo porque resultó ser una apuesta del mismísimo Aníbal Mosa y eso no hay Dios que me lo saque de la cabeza.
Rocambolesca puesta en escena final que nunca acallará el ruido generado por la marcha y los métodos empleados ante un hombre serio, respetado, admirado, querido y convertido por méritos propios en un icono de la casa alba. En la no continuidad de Don Justo Villar, ByN estuvo acompañado en todo momento auspiciado por el “Tratado de Libre Amistad” firmado y rubricado entre la concesionaria y el CSyD Colo-Colo, donde estos últimos no tuvieron derecho a réplica. Las bases programáticas iniciales hacen hincapié en la necesidad perentoria de estar al 100% con todas y cada una de las decisiones a ejecutar por Mosa. Obediencia y acato a la autoridad permanente de quien me gustaría saber si fueron capaces o no de mirar a los ojos de Don Justo Villar cuando fue a recoger sus pertenencias al camarín del Monumental.
UN PAR DE APUNTES FINALES
(Paulo Garcés)
Desearle toda la suerte del mundo a Paulo Garcés. Ahora que el “Halcón” emigró a Antofagasta es de esperar sus demonios internos no vuelvan a abrazarle. El eterno segundo de Claudio Bravo en la selección y de Don Justo Villar en Colo-Colo deberá aprovechar esta enésima oportunidad que el fútbol le regala.
(Esteban Pavez)
Mis últimas letras en esta columna tienen un destinatario llamado Esteban Pavez, el mismo que dos días después de iniciarse la pretemporada quiso averiguar qué se sentía siendo un fugitivo de la justicia. Borracho, dándose a la fuga tras colisionar con un taxi y con una persecución a lo James Bond, los agentes tuvieron que frenarlo a base de disparar a las ruedas de su vehículo.
Hubo suerte, mucha suerte. Ni él ni nadie resultó herido ni muerto en un episodio dantesco protagonizado por un “niño” malcriado de 27 años con ínfulas de crack y ganas de marcharse de Colo-Colo de la peor manera posible. Que el peso de la ley caiga sobre un Esteban Pavez insensato, imbécil, y atolondrado que buscó emociones fuertes a base de alcohol, conducción temeraria y jugando a ser el protagonista de una película de serie Z.
Que la “Ley Emilia” le sea aplicada en todo su rigor. Es de esperar también una sentencia ejemplarizante, pudiendo consistir ésta en visitar algún cementerio y observar los nichos de quienes un día perdieron la vida por culpa de conductores ebrios.
Luego que la muerte pasara de largo en la vida de Esteban Pavez, no estaría de más el dejarse las emociones fuertes en una videoconsola o pantalla de cine y cumplir con su obligación como deportista: ser un ejemplo a seguir.
FUERZA ALBA / FUERZA CHILE
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